Hasta ahora, las lesiones se analizan con la misma técnica que se utilizaba hace 100 años.
Investigadores del Hospital Brigham and Women's de Boston, en colaboración con colegas internacionales, han presentado una nueva técnica cuantitativa que aprovecha la secuenciación del ADN para hacer predicciones más sofisticadas y precisas sobre qué melanomas primarios tienen probabilidades de reaparecer y crear metástasis, según explican en un artículo publicado en 'Nature Cancer'.
Para la mayoría de los pacientes, el melanoma comienza con una pequeña mancha pigmentada en la piel que notan que comienza a cambiar. Muchos melanomas primarios pueden curarse al extirpar esta lesión, pero también puede reaparecer y extenderse. Un análisis de la lesión extirpada puede ofrecer cierta información sobre la probabilidad de que el cáncer regrese.
Actualmente, las lesiones se analizan de la misma manera que hace 100 años. A pesar de los avances en el diagnóstico molecular de otras formas de cáncer, el análisis de una lesión de cáncer de piel es sorprendentemente simplista.
Se consideran el grosor de la lesión (los pacientes con melanomas más delgados tienden a tener un mejor resultado) y las características microscópicas, como las ulceraciones, y se asigna una etapa T de 1 a 4.
"Hace tan solo 10 años, el pronóstico para el melanoma metastásico era sombrío, pero ahora tenemos tratamientos para ofrecer a los pacientes con enfermedad metastásica y también podemos aplicar estos tratamientos cuando la enfermedad primaria no ha hecho metástasis", señala el autor correspondiente Thomas Kupper, presidente del Departamento de Dermatología del Brigham.
"Debido a la llegada de estos nuevos tratamientos de inmunoterapia es importante tener una idea clara de qué pacientes es probable que progresen para que podamos adaptar el tratamiento en consecuencia", añade.
Los inhibidores del punto de control inmunitario, que pueden reactivar las células T para generar una respuesta inmune contra las células cancerosas, han cambiado radicalmente los resultados y las opciones disponibles para los pacientes cuyo cáncer de piel se ha diseminado.
En algunos pacientes, pueden provocar respuestas dramáticas, incluida la remisión a largo plazo, esencialmente curando a un paciente. Pero identificar a los pacientes con mayor riesgo de progresión de la enfermedad ha seguido siendo una necesidad insatisfecha.
Para abordar esto, Kupper y sus colegas trataron de determinar si ciertas características medibles de las células T podían predecir la recurrencia en pacientes cuyo melanoma primario se había extirpado y estaban libres de enfermedad.
Los melanomas T1 (menores de 1 mm) rara vez hacen metástasis, por lo que estudiaron melanomas primarios T2 (1-2 mm), T3 (2-4 mm) y T4 (mayores de 4 mm), pero se encontraron con el obstáculo de conseguir muestras para realizar un estudio sólido ya que, a diferencia de la mayoría de los tumores, que son extirpados por un cirujano en un hospital, las lesiones cutáneas se pueden extirpar en consultorios privados y clínicas ambulatorias, lo que significa que las muestras no se concentran en entornos hospitalarios.
Además, las muestras deben conservarse durante varios años después de la extracción, lo que retrasa su disponibilidad para estudios de investigación. Así, para recoger suficientes muestras, los investigadores del Brigham colaboraron con colegas del Instituto de Melanoma de Australia y el Hospital de la Universidad de Zelanda en Dinamarca para compartir recursos. El análisis actual incluye más de 300 muestras de pacientes en estos sitios.
El equipo comparó muestras de pacientes cuyo melanoma primario progresó a enfermedad metastásica con pacientes cuyo melanoma primario no. Utilizaron la secuenciación de ADN de alto rendimiento, realizada por Adaptive Biotechnologies, para analizar el repertorio de células T de los tumores.
Los investigadores encontraron que de todas las variables identificadas, la fracción de células T (TCFr; o proporción de células en la lesión que eran células T) era un predictor poderoso e independiente de qué pacientes progresarían.
Aún para los pacientes cuyo espesor de la lesión (T) era el mismo, la TCFr pudo predecir cuáles pacientes tenían más probabilidad de tener enfermedad metastásica. Los pacientes con una TCFr inferior al 20 por ciento tenían más riesgo de progresión de la enfermedad que los pacientes con una TCFr superior al 20 por ciento.
Por ejemplo, para los pacientes con melanoma T3 (2-4mm de grosor), cinco años después de que se les extirpara la lesión primaria, el 51 por ciento de los que tenían una TCFr menor experimentaron una recurrencia, en comparación con el 24 por ciento de los que tenían una TCFr mayor.
La prueba utilizada en este trabajo está disponible comercialmente solo para investigación y actualmente no está disponible en la clínica. Los autores también señalan que el estudio actual es retrospectivo y analiza muestras de pacientes cuyos resultados ya se conocen.
Por tanto, aun se necesitarán estudios prospectivos de pacientes cuyos resultados aún no se conocen para validar aún más la prueba. Si se lleva a la clínica, Kupper y sus colegas imaginan que la prueba podría fortalecer los modelos de predicción actuales y mejorar la atención al paciente.
"Esta es una prueba simple y elegante. Es cuantitativa y no subjetiva, y puede agregar valor a las predicciones sobre la progresión de la enfermedad --destaca Kupper--. En el futuro, tal prueba podría ayudarnos a adaptar el tratamiento; los pacientes con TCFr alto pueden beneficiarse aún más de la terapia con inhibidores de punto de control, mientras que los pacientes con TCFr bajo pueden necesitar una intervención adicional".