Entre otros agentes, las prendas pueden tener microrganismos que pueden ser invisibles al ojo humano.
Muchos la utilizamos recién salida de la tienda, pero es probable que no sea la mejor práctica.
Los dermatólogos lo recomiendan, a partir del análisis de los procesos que llevó esa prenda en la tienda. Las telas pasan por muchos químicos para darles color y forma, al final quedan algunos residuos que únicamente se quitan lavándolas.
En caso de no hacerlo, estarías exponiendo tu piel a que reaccione con alergias o incluso quemaduras por el contacto directo con ellos.
Si tienes la piel delicada ¡mucho más! Podrías tener enrojecimientos y picazón.
Otra razón por la que debes lavarlas son los hongos.
Pueden ser invisibles pero eso no significa que sean inexistentes. Las fábricas no tienen buena ventilación y se caracterizan por la humedad, creando el ambiente ideal para hongos y moho.
Ahora bien, ¿te imaginas cuántas personas se lo probaron antes de que te lo llevaras a casa? No queremos ni imaginar los gérmenes que contienen.
Así que la mejor idea es que esperes un poco a lavarla para poder estrenarla, así evitarás que tu piel y salud sufran las consecuencias.