Proactivos, metódicos e identificados con la organización, los ejecutivos medios son, en general, quienes mejor saben cómo funciona la compañía. Aunque generalmente pasan desapercibidos, son ellos quienes orientan a la empresa hacia los objetivos trazados y apoyan de cerca la labor de los directivos.
Nunca aparecen en las portadas de las revistas de negocios. Tampoco se llevan los créditos ni las felicitaciones cuando la compañía ha logrado las metas trazadas. No obstante, muchas veces son ellos los verdaderos gestores de la organización y quienes la orientan hacia los objetivos definidos por las altas cúpulas. Se trata de los mandos medios, aquellos ejecutivos de bajo perfil, pero que cumplen un rol clave en el funcionamiento de la empresa.
Proactivos, metódicos e identificados con la organización, los mandos medios son, en general, quienes mejor saben cómo funciona la compañía. Aunque generalmente pasan desapercibidos, son ellos quienes conocen de cerca la labor de los equipos, los empleados más valiosos y los canales vitales de comunicación. También saben a quienes recurrir para pedir recursos, habilidades necesarias para el éxito de todas los proyectos de la empresa.
Los ejecutivos medios tienen, por otro lado, ciertas características que los diferencian de los altos directivos y que les permiten generar organizaciones sustentables y exitosas: no tienen problemas a la hora de intervenir en los conflictos de su equipo, sus actividades están alejadas de las disputas que distraen a las cúpulas, tienden a colaborar e interactuar en grupo, y se sienten reconocidos no sólo por los aspectos de retribución monetaria, sino por la imagen o el buen funcionamiento de su sector.
“En general los directores de las organizaciones fijan las metas a largo plazo, pero los que controlan su cumplimiento son los ejecutivos medios. Sin ellos no es posible cumplir los objetivos de la organización”, dice Roger Marull, gerente general de Meta4.
“La efectividad de las políticas empresariales depende de los ejecutivos medios”, agrega María Virginia Lasio, directora de Espae-Espol de Ecuador. Según la experta, estos profesionales están además en una posición clave como interlocutores entre la alta dirección y las instancias operativas de la compañía, algo que a su juicio, “demanda mucha integridad, confianza y transparencia en sus acciones. Su rol es el de transmitir las preocupaciones y propuestas de abajo; y las metas, lineamientos, proyectos y estrategias de la cúpula”.
Pero además de facilitar la comunicación organizacional, los mandos medios son potencialmente agentes de cambio, dice Lasio. “Por ello, la cultura y prácticas de la empresa deben permitir este protagonismo de ejecutivos medios. Y para eso tiene que haber empoderamiento, por eso la confianza es crítica. Si los niveles de confianza son bajos o hay una cultura de competencia agresiva, las pugnas de poder no permitirán aprovechar las contribuciones de la gerencia media ni su labor como embajadores hacia la alta dirección”, enfatiza.
Para Marull, en tanto, la misión de los ejecutivos medios contempla, asimismo, generar todo tipo de información que apoye la gestión estratégica de la empresa y las decisiones de largo plazo. “El mando medio generará (o solicitará) información para su propia gestión más operativa, pero a las cúpulas directivas deberá entregar información más procesada, como tendencias a través del tiempo y proyecciones futuras, este es el tipo de información que requieren para su trabajo los directivos”, sostiene.
Claves en la innovación empresarial. Un artículo de la profesora Rita McGrath, de Columbia Business School, titulado The unsung heroes of corporate growth, sostiene que los mandos medios cumplen con un cometido que va mucho más allá de lo que el CEO espera de ellos. Comúnmente, la función del mando medio consiste en alcanzar objetivos como incrementar la eficiencia operativa o recortar costos. Sin embargo, además de esta función, cumplen con un papel central en los procesos de innovación.
En sus investigaciones, McGrath descubrió que en la mayoría de las innovaciones empresariales exitosas, un mando medio había realizado las gestiones para reunir el equipo, conseguir los recursos y proteger al grupo de las influencias de la alta dirección. Considerando este aspecto, la académica recomienda a las organizaciones tomar conciencia del aporte que realizan estos profesionales.
Las afirmaciones de McGrath son compartidas por la especialista Rosabeth Moss Kanter, autora del artículo publicado originalmente en 1982, The Middle Manager as Innovator, y basado en un estudio de ejecutivos medios eficaces que trabajaban en grandes empresas. Según el documento, las directrices estratégicas de las altas cúpulas no significan nada sin mandos medios eficientes que se ubiquen justo por debajo de los directivos, y que sean capaces de diseñar los sistemas y ejecutar los planes.
Finalmente, ambas especialistas coinciden en que los ejecutivos más emprendedores necesitan innegablemente el apoyo de una organización colaboradora, y que requieren el poder de ir más allá de los límites de sus posiciones formales.