La extraordinaria cultura maya en México ha dejado siempre memorias que contar. Las más conocidas son Chichén Itzá, Palenque o Uxmal, pero algunas no tan famosas, como Calakmul, oculta unos rincones repletos de pura magia...
El centro urbano prehispánico maya de Calakmul, ubicado en el mexicano estado de Campeche, al este del país, fue bautizado por el botánico estadounidense Cyrus Longworth Lundell, quien lo descubrió, como la Ciudad de las dos Pirámides Adyacentes.
Al llegar hasta allí uno se puede encontrar con una gran sorpresa: estos vestigios mayas se encuentran dentro de la portentosa vegetación de la Reserva de la Biosfera de Calakmul (RBC).
Según su director, José Adalberto Zúñiga Morales, su extensión "cubre el 12,35% de la superficie total del Estado de Campeche, distribuida en dos municipios: el de Calakmul y el de Hopelchén".
La mayor densidad de vestigios mayas
"Debido a la gran importancia de sus ecosistemas, sus valores de biodiversidad y culturales heredados del pueblo maya, así como por la gran diversidad étnica que posee la Reserva, en 1993 se inscribe en el programa MAB, hombre y biosfera por sus siglas en inglés, de la Unesco", comenta Zúñiga.
Calakmul es poseedora de la mayor densidad de vestigios arqueológicos del mundo maya. Su papel como selva tropical hace que goce de la gran mayoría de los ejemplares presentes en Mesoamérica. En total existen 1.627 especies de plantas, dice Zúñiga. Es la zona con más abundancia de fauna silvestre y la de mayor diversidad de mamíferos en toda la península, con 114 clases de animales.
La Reserva de la Biosfera de Calakmul es el hogar de dos de las tres especies de primates y cinco de los seis felinos que existen en México, así como de los siete marsupiales registrados en el país. En su zona de influencia se encuentra una sima muy importante denominada el Volcán de los Murciélagos, que destaca por tener más de ocho especies de estos quirópteros y una población que algunos estiman en más de dos millones de individuos.
"En la rica fauna de la región varias especies de gran importancia ecológica y económica llaman particularmente la atención, como el jaguar, el puma, el tapir, el venado de cola blanca, el venado rojo, el collar de pecaríes, el pecarí de labios blancos, los monos aulladores, los monos araña, el pavo ocelado y el pavón", indica el experto.
Imteracción entre hombre y naturaleza.
Según el director de la Reserva, lo que hace tan especial a Calakmul es su "excepcional integridad ecológica y cultural". "Localizada en el corazón de la segunda mayor extensión de bosques tropicales en América y los mejor conservados de la región, la Reserva es testigo de un crecimiento sin precedentes de una civilización extraordinaria", afirma Zúñiga.
"En 2002 Calakmul fue nombrada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad y estamos a la espera de que la zona arqueológica sea denominada Patrimonio Mixto porque, a pesar de los inigualables valores naturales y culturales que posee, la decisión está en la asamblea del comité de patrimonio mundial, donde los países miembros de ese organismo tienen que decidir", indica el director.
La situación admirable en la que se encuentra Calakmul, con sus 30 kilómetros de extensión y dividida en tres grandes grupos de estructuras, hace que sea "una de las más relevantes ciudades prehispánicas del mundo Maya", matiza Zúñiga.
El director también explica que lo que la distingue de otras Reservas es su importante zona de captación de agua, un factor clave, a su entender, ya que representa "un hábitat crítico para un gran número de especies endémicas y amenazadas".
Dentro de sus límites se pueden contemplar restos de asentamientos; caminos entre sitios y dentro de los sitios; los sistemas de defensa; las canteras; las características de manejo del agua, como embalses y aguadas, modificados artificialmente; estanques de agua; o las terrazas agrícolas.
Además, los bosques tropicales de Calakmul proporcionan una extraordinaria evidencia de la larga interacción entre el hombre y la naturaleza, en la medida en que muestran una composición florística y una estructura que, en gran parte, es resultado de los mil años de prácticas agrícolas y forestales que desarrollaron los mayas.
"El agua disponible en la zona son las famosas aguadas o mejor conocidas como oasis tropicales, que son cuerpos de agua naturales modificados o hechos por el hombre, que captan el agua de la lluvia que se toman para las poblaciones, pero también para la vida silvestre", dice el director.
Gracias a la gran labor de defensa de las especies que en ella viven, la cacería deportiva o la cacería comercial están prohibidas dentro de la Reserva de la Biosfera y, a pesar del abandono que sufrió, la ciudad mantiene ese hechizo realzado por la maravillosa vegetación que la Reserva le concede.
* Reportaje EFE