El empresario peruano Gustavo Fox es dueño de la empresa China Link, que exporta productos a 30 países de todo el mundo.
Desde que se inició el proceso de reforma y apertura de China hace cuatro décadas son cada vez más las personas que llegan, conocen y establecen definitivamente su casa en el país asíatico.
Entre ellos se encuentra el empresario peruano Gustavo Fox, quien se ha esforzado para realizar su sueño, en busca de llevar bienestar a su familia y a muchas personas en el mundo.
Gustavo Fox Miyashima, cuyo padre es peruano-chino y su madre peruano-japonesa, recuerda que en el año 1978 llegó a vivir en Beijing, cuando tan solo era un niño de siete años.
Ahora, a sus 47 años, es dueño de la empresa China Link que exporta productos a 30 países de todo el mundo.
"En 1978 designan a mi padre como agregado comercial de Perú en China, la idea era vivir aquí solo por tres años y nos terminamos quedando ocho, estudié toda la primaria y parte de secundaria en colegios chinos y en un año aprendí el mandarín, tenía una conexión especial con este país", resaltó.
El año 1978, cuando Gustavo tuvo su primer contacto con China, fue un año clave para el país asiático.
Justamente en este año empezó el histórico camino de China de la reforma y la apertura. Desde entonces, el pueblo chino ha añadido un nuevo capítulo al periodo de la modernización y el desarrollo del país.
"En 1978 Beijing era súper para un hijo de diplomático de 7 años", recordó Gustavo.
Sus primeros años fueron mágicos y desde entonces empezó a hablar tres idiomas diferentes a diario.
Hablando de su sueño de niño, Fox recordó que en segundo grado del colegio primario de Fang Cao Di en Beijing, dibujó su sueño durante un evento para todos los alumnos de la sección extranjera.
"Habían los que querían ser abogados, artistas, ingenieros. Y yo quería ser astronauta. Dibujé a un astronauta en la luna con la bandera del Perú", dijo Fox evocando con una sonrisa un pasado muy feliz.
En la década de los años 90 del siglo pasado, la reforma y la apertura de China entró en un nuevo período.
En 1992 durante una histórica gira de inspección por las zonas económicas del sur de China, el ex líder chino Deng Xiaoping anunció nuevas medidas que darían mayor ímpetu y vigorizarían la reforma económica.
Fox recordó que cuando acabó el trabajo de su padre, la familia regresó a Perú.
Allí terminó sus estudios escolares en el Colegio Peruano Chino Juan XXVIII y estudios generales en la Pontificia Universidad Católica del Perú para luego emprender en el Reino Unido su carrera universitaria en la especialidad de ingeniería mecánica y de post grado en la especialidad de administración de empresas.
Sin embargo, tras finalizar su carrera universitaria quería regresar a China y su mejor pretexto fue perfeccionar sus habilidades en el chino mandarín, y así lo hizo en 1995.
Al poco tiempo de estar en Beijing, obtuvo su primer empleo como asistente en una cadena de televisión y gracias a ese trabajo pudo conocer los cambios que experimentaba China.
"Viajé mucho al interior del país, visité pueblos y conversaba con la gente, se notaba una población que quería progresar. Ya en esa época algunos decían que China iba a ser una gran potencia y yo quería desarrollar mi carrera aquí", reflexionó.
"El cambio de China es enorme, recuerdo una vez que me fui de vacaciones a Tailandia por 10 días, y camino al aeropuerto vi un inmueble demolido y ya cuando regresé a Beijing, en ese mismo lugar había todo un edificio construido", explicó.
Gustavo está convencido de que la política de reforma y apertura permitió una "revolución de la infraestructura" en el país asiático.
Posteriormente, Fox trabajó por varios años como consultor en una empresa británica que hacia negocios en Beijing y en el 2001, junto a dos amigos, decidió abrir la compañía China Link, dedicada a la exportación de materiales de construcción, pisos y cerrajería.
"El nombre de China Link obedece al nexo entre China y el mundo, desde el principio pensamos en grande, los productos se hacen aquí y se exportan a 30 países", manifiestó.
Fox recuerda que en esa época, marcada por el ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC), había varias iniciativas para facilitar la creación de empresas, que se fueron ejecutando progresivamente.
"El camino no fue tan fácil. Por ejemplo, hace 15 años obtener una licencia en China demoraba seis meses, y ahora ese trámite solo dura un mes. En todos estos año, el gobierno chino ha reducido la burocracia en forma drástica y eso es muy bueno", agregó.
Para el empresario peruano, esas políticas promovieron la generación de más empleos, desarrollo de las industrias y el aumento del comercio chino en numerosas naciones.
"La rapidez con lo que se mueven los negocios en China es impresionante, eso ayuda, tu mandas un correo y te contestan en dos días como máximo", detalló.
Por esas épocas Gustavo también conoció a su esposa china, luego de unos años se casó con ella y tuvieron a su hijo, dos personas muy importantes en su vida y por las que está infinitamente agradecido con China.
"Ahora mis sueños son proveer para mi familia y darles las mejores oportunidades que pueda, tratar de ser saludable", Gustavo aseguró que China ha contribuido en el cumplimiento de sus sueños.
Al mismo tiempo, el peruano también se esfuerza por el funcionamiento de su empresa que acabo de cumplir 17 años.
"Trabajo en las Américas, Africa y Asia diariamente ayudando a mis clientes a comprar productos de calidad hechos en China, que no les traigan problemas, para que se puedan concentrar plenamente en vender", dijo.
Gustavo desea en lo posible ser un nexo entre las culturas que conoce "para un mejor entendimiento entre cada una de las partes".