Perfeccionista, serio, despistado, tranquilo, práctico, iniciado... Son los principales perfiles psicológicos de los amantes del té, que se reflejan en las diferentes formas de preparar, tomar y degustar la milenaria infusión.
El té, una de las bebidas más consumidas en el planeta y, a la vez, una infusión que en algunos casos puede elevarse a la categoría de producto para gurmés, y es que no solo tiene un color, sabor y aroma característicos, sino también diferentes personalidades.
Es lo que se desprende de una reciente encuesta efectuada por la compañía estadounidense Arbor Teas (www.arborteas.com) y recogida por Teterum (www.teterum.com) uno de los princiales portales de venta de té por suscripción a través de Internet.
Tés hay muchos y, formas de tomarlos, también. El modo en que consume y degusta una taza de esta infusión puede decir mucho sobre la personalidad de los “tea lovers”, señalan desde Teterum. “El té es como el vino, cada persona necesita uno adaptado a su forma de beberlo”, comenta Patricia Pólvora, Chef y directora ejecutiva (CEO) de Teterum, a lo que añade “cada persona disfruta del té a su manera y todas son válidas”.
Según Teterum, uno de los perfiles de amante del té es el ‘perfeccionista’, que se caracteriza por ser muy minucioso y tener como principal objetivo exprimir al máximo el sabor del té y sus posibilidades. Por eso, moja, de forma concienzuda, el té a altas temperaturas, con el fin de obtener el máximo sabor y aprovechar hasta el extremo el sobre de la infusión.
Según explica Pólvora a Efe estos sibaritas suelen obtener un té fuerte y muy sabroso y, para ellos, son recomendables los ‘dark tea’ o tés rojos, que deben ser preparados de forma especial, requiriendo altas temperaturas de agua y tiempos precisos para sacar el máximo de su sabor.
Por otra parte tenemos, según esta empresa, el consumidor ‘serio’ . Es aquel que no se toma a broma la experiencia de tomar un té, ya que la disfruta, prepara, y contempla, viviéndola como toda una ceremonia.
Su práctica se basa en el conocimiento, por lo que lee a menudo, conoce las propiedades de cada té e, incluso, comprueba su temperatura con un termómetro, para lograr el punto perfecto en la preparación.
"Para este consumidor, y toda aquella persona que quiere lo original y lo exacto, es aconsejable un té "oolong" con flor jazmín, simple en su composición pero complejo en su sabor y, para que salga a su perfección, hay que respetar las temperaturas del agua y los tiempos”, según la CEO de Teterum.
En cambio, según la experta, el consumidor ‘despistado’ es fan del té, pero, a su manera: se propone seguir un método preciso de preparación, pero no lo consigue, ni tampoco es constante, ni sigue a raja tabla cada paso de las indicaciones que suele tener cada té. Esto no quita para que el resultado sea, a veces, perfecto. Pero será más cuestión de suerte, que de otra cosa.
Para los 'despistados', Pólvora recomienda una infusión de "rooibos" con canela, que queda bien del todo si se respetan los tiempos y las temperaturas, "aunque no sufre tanto si no fuera el caso. Es el té perfecto para el que va experimentando y, a veces, se olvida de uno de los dos parámetros para prepararlo".
Otro perfil de “tea lover”, según la experta es el ‘tranquilo’, para quien el té no solo es alimento, sino una forma de vida y, según el humor que tenga, tomará un té u otro.
"Normalmente, este consumidor asocia ese momento de tomar una infusión con una actividad social o cultural ajena a las prisas, como una charla existencial, la lectura de un libro o ver un paisaje", indica la CEO.
"El té verde aromatizado con ortiga, cola de caballo, naranja, piña, aloe vera, hoja de olivo y arándano, que encaja muy bien con la lectura y con los momentos tranquilos y requiere que se lo prepare "pensando en él", es uno de los favoritos de muchos perfiles "tranquilos"", indica Pólvora.
Por su parte, los consumidores ‘prácticos’ no se andan con rodeos, van al grano y buscan la practicidad en el consumo del té. Para ellos, esta infusión es sencillamente el resultado de sumar agua caliente más un sobre de hierbas y, es muy posible, que no prepare la infusión ideal, pero les gusta y punto, señalan desde Teterum.
Para este consumidor de té –según la especialista- es ideal uno negro que se prepara de la forma que muchos estamos acostumbrados, con temperatura alta de agua y tiempo de infusión habitual y que, si se pasa un poco de tiempo, simplemente es más astringente, y si lleva menos tiempo de infusión, será más suave.
Además de las cinco personalidades detectadas por 'Arbor Teas', Teterum describe un sexto perfil de "tea lover": el 'iniciado' quien, según Pólvora, "es una persona curiosa que busca aprender y descubrir un nuevo mundo, quiere probarlo todo y se encuentra con verdaderas perlas entre los tés de calidad gurmé, porque está acostumbrado al té en bolsa del supermercado. Este consumidor, "que se convierte rápidamente en un perfil 'tranquilo' al descubrir que el té es un buen recordatorio de las pausas y momentos importantes en la vida, consume más cantidad de lo que imaginaba y se enamora de los tés y las infusiones, como el "rooibos" mezclado con té negro, caramelo, café, cáscara de cacao, merengue y chocolate negro", según esta experta.
Para Pólvora “consumir el té es el momento en el que uno busca su sitio favorito en casa, el trabajo o un banco del parque y disfruta del aroma y del sabor, lo cual lleva a memorias olvidadas, a tener la mente en blanco y gozar el instante. La pausa después del té son esos segundos en los que uno se deja estar, sonríe por haber estado a solas o disfrutado del bienestar compartido y se llena de energía para seguir adelante con el día”.
Consultada por Efe sobre cuáles son los más exquisitos y exóticos, Pólvora explica que la gama es muy amplia y "abarca, desde un té puro sin aromatizar que solamente se consigue una vez al año en una cosecha específica, como puede ser el té verde "gyokuro" de Japón, hasta un "pai mu tan", té blanco muy específico, para el que se necesiten 10.000 hojas para hacer un kilogramo”. Entre los tés gurmés también destacan –según esta experta- los tés aromatizados, en los que se utilizan bases de té, por ejemplo el té verde sencha, o el negro assam, para aromatizarlos con diversos ingredientes, con lo que así son apreciados por los amantes de esta bebida.
“¡Las variantes que se pueden conseguir son miles y miles!”, enfatiza. Según la CEO de Teterum “el consumidor sudamericano tiene, a veces, dificultades de acceder a té de calidad ya que el transporte tiene que ser desde el país de origen y no se importan tantas cantidades como para Europa”.
Aunque, de acuerdo a Pólvora, en algunos países como Argentina, se cultiva té de una variedad diferente, lo que posibilita que en Sudamérica exista un té que sea del propio continente. "Por su parte, el consumidor estadounidense lleva décadas saboreando té gurmé de calidad, especialmente negro, y se están introduciendo en el té verde en los últimos años", concluye la experta.
LOS TRES SECRETOS DE LA CALIDAD
Según explica Patricia Pólvora existen tres "trucos" para detectar fácilmente si el té es de calidad:
1.- El aroma. ¿Tiene olor "raro"? Puede ser olor a humedad, a rancio... A veces, en los transportes desde su país de origen, puede haber sido transportado con otros productos y, si el bulto no está bien cerrado, se adapta a ese nuevo olor más fuerte
2.- La hoja de té. Debe ser más o menos de igual tamaño, aunque nunca es exacto, porque es un producto que se recoleta a mano. La hoja tiene que "crujir" si se aprieta entre los dedos; si no "cruje" probablemente esté húmedo, habitualmente debido a un problema con el transporte o durante el empaquetado.
3.- El color. Un té verde que sea de “muy muy” pálido, tirando a blanco, probablemente ya sea viejo. Esta infusión tiene varios años de vida, pero la forma en que se conserva afecta la calidad del color. Muchas veces esto pasa si ha sido dejado al sol o, en bolsas de plástico sin protección de la luz durante mucho tiempo.