Con su disco "Diomedizao", el boricua se rinde ante el vallenato para homenajear al colombiano Diomedes Díaz.
Tras su primer encuentro con la música de la leyenda del vallenato Diomedes Díaz durante un viaje a Bogotá hace casi dos décadas, Elvis Crespo quiso rendir homenaje al músico colombiano con su nuevo disco.
Corría 1999 cuando el cantante boricua promocionaba en la capital de Colombia su álbum debut como solista y una “mágica casualidad” despertó su interés en la figura de éxitos como El cóndor herido, Tú eres la reina, Fantasía, entre otros temas que conforman el álbum Diomedizao (2018).
“Llegué al hotel La Fontana y en la televisión estaban hablando de Diomedes Díaz por una situación que estaba ocurriendo y ahí me llamó la atención porque mi papá se llama Diomedes y mi mamá es de apellido Díaz. Y eso me llamó la atención de manera increíble que contacté a Sony, que era la disquera de los dos, y les dije que necesitaba el catálogo de Diomedes Díaz para escuchar su música. Ahí me llevé el CD para Puerto Rico y me enamoré de la canción No comprendo, que incluí en mi disco Píntame, por el que obtuve un Grammy”, recordó Crespo.
Sin embargo, su fascinación por el legado de Díaz no paró ahí y continuó adentrándose en su mundo. Esta vez, inducido por su esposa quien le hizo una invitación que no pudo rechazar.
“Hace unos dos o tres años Maribel me fue a buscar a mi estudio aquí en casa y me dijo: ‘Deja lo que estás haciendo y ven conmigo a ver algo, quiero que veas algo’”, contó.
“Le dije: ‘Yo no soy de novela’, pero ella insistió. Era la novela biográfica de Diomedes Díaz. Y ahí me metí en internet a buscar los primeros cinco capítulos para estar a la par con ella y nos sentábamos hasta las 8 de la noche a ver Diomedes, el cacique de la junta. Ahí entendí el porqué de las canciones, cómo nacieron el Cóndor herido, Tres canciones, Fantasía, Tu eres la reina y eso me dejó tan enamorado que le dije a mi esposa: ‘Vamos a escoger ocho canciones y hacer un disco’. Y así fue cómo zarpé hacia esta nueva aventura que he disfrutado muchísimo”, relató.
Fue entonces que decidió que si hacía un álbum homenaje, tendría que ser especial, no solo por los temas que incluiría, también debía ser concebido a la antigua, porque considera que la tecnología ha robado algo al proceso de creación, que si bien aporta a algunos sonidos, otros como el que defiende, no son favorecidos.
“Quise grabar en el estudio al estilo de los años 50 y 60, con todos los músicos a la misma vez, para crear una dinámica análoga, porque ahora todo está muy digitalizado. Siento que eso para la música electrónica está muy bien, pero a la tropical, que requiere de muchos músicos, le quita la magia”, señaló.
Y confiando en su sustancia como productor, puso manos a la obra.
“Decidí grabarlo orgánico, luego lo mezclé en la República Dominicana con Polo Parra, un ingeniero que conoce mucho del mambo y las nuevas tendencias de lo que está bailando la gente. Y luego lo llevé para Sterling Sound en Nueva York donde mezclan Marc Anthony y Bob Dylan, y allá mastericé el álbum”, reveló.
Por qué razón, Sin medir distancia, Simulación, La juntera y La ventana marroncita completan esta producción con la que el merenguero muestra su conexión con el vallenato.
Pero ¿de dónde le nace la pasión por ese género cuyos exponentes no se curten precisamente en Puerto Rico?
El intérprete de Suavemente explicó que los sonidos tropicales forman parte de sus recuerdos desde tiempos cuando ni siquiera pensaba en cantar. Y que otros artistas se encargaron de llevar esa música a la Isla del Encanto.
“Desde muy pequeño, antes de considerar pararme en un escenario ya era fan de la música tropical, temas como Simulación eran interpretadas por el Gran Combo de Puerto Rico, o como No me la llames más, por Gilberto Santa Rosa. Ellos iban a Colombia de gira y encontraban esas canciones pegadas allá y las traían acá al ritmo de salsa. Son melodías a las que ya estaba vinculado nostálgicamente, porque fueron cantadas por orquestas que yo escuchaba en mi juventud”.
Aunque lleva ese ritmo en las venas, no descarta la posibilidad de reaventarse y aventurarse hacia otros rumbos, que recientemente lo han conducido hacia el mundo de la música electrónica.
“Me mantengo acorde con los tiempos. Soy un tipo que corre riesgos, el merengue me apasiona, es mi género natural. Yo disfruto mucho interpretarlo y, al final del día, uno tiene que hacer en la vida lo que le hace feliz. Y a mí me hace feliz hacer merengue, por eso lo haré toda la vida, pero no me cierro ante ninguna posibilidad, tengo la madurez espiritual, musical e intelectual para crear opciones dentro de mi carrera”, expresó.
Esa filosofía lo colocó entre otro público de la mano del tema Bailar, que grabó con Deorro, y que, según comentó, alcanzó vuelo en Europa con una denominación de disco de diamante en Alemania y Suiza.
“Bailar fue un éxito mundial. Y estoy trabajando en muchos proyectos que me ubican en unos oídos jóvenes. No me considero el mejor cantante, pero sí creo que soy un cantante único. Con mi voz, lo digo con mucha humildad, he podido cruzar fronteras de género. Y en ese sentido me doy la oportunidad de experimentar, pero sin abandonar, sino manteniéndome fiel a mis principios y mi corazón: la música tropical”, sostuvo.
No solo el merengue está en su corazón, su esposa, Maribel Vega, también ocupa un lugar importante.
“Ella es mi representante, esa es la jefa, es la que manda. A ella tengo que buscarle el mundo, porque es una gran mujer que me tiene muy enamorado”, expresó sobre la puertorriqueña con quien llegó al altar hace 10 años.
“Así que voy a hacer que el 14 de febrero sea muy especial. Aunque todos los días son de San Valentín aquí en mi casa. A mi esposa, la beso, le doy cariño. No es una relación perfecta, pero tratamos de que sea lo más perfecta posible dentro del amor que nos damos”, añadió.
Sobre el fenómeno de Despacito, de sus paisanos Luis Fonsi y Daddy Yankee, afirmó que la canción triunfó, aunque no se llevó el Grammy. Y recordó que Suavemente, que fuera la canción latina del año en 1999, corrió la misma suerte. En esa ocasión, a pesar del éxito que tuvo se impuso Contra la corriente, de Marc Anthony.
“Despacito ya hizo historia, es la canción más grande que ha dado la música en español, es clásica”, expresó.
“Suavemente también es una súper canción, lo digo con mucha humildad, y la estaré viviendo hasta el resto de mis días. La canción suena hoy como si la hubiese grabado ayer. Así va a pasar con Despacito, por eso siento que ya ganó”, concluyó.