Ante un Auditorio Nacional del Sodre de Montevideo abarrotado y enfundado en unos vaqueros azules, camisa granate y americana y corbata oscuras, Serrat (Barcelona, 1943) se entregó desde el minuto cero a un público que le conoce como si fuera de la familia.
El cantautor español Joan Manuel Serrat decidió cambiar el Mediterráneo por el río de la Plata para iniciar en Uruguay, a lo grande, la gira internacional en honor a sus cincuenta años sobre los escenarios, en la que pasado y presente se alían para despertar emoción y recuerdos sin fecha de caducidad.
Ante un Auditorio Nacional del Sodre de Montevideo abarrotado y enfundado en unos vaqueros azules, camisa granate y americana y corbata oscuras, Serrat (Barcelona, 1943) se entregó desde el minuto cero a un público que le conoce como si fuera de la familia.
"Este año se cumple el centenario de que se aprobara en Uruguay la jornada de ocho horas. Se cumplen 500 del descubrimiento de la desembocadura del río de la Plata por Díaz Solís. Y para mí lo más importante es que este año cumplo 50 años en el escenario", comentó el barcelonés poco después de arrancar el espectáculo.
Como narra en su éxito "Hoy puede ser un gran día", el veterano cantautor decidió "sacar de paseo sus instintos" y ventilarlos ante los casi 2.000 espectadores, la gran mayoría con cincuenta años en adelante, que no quisieron perderse la primera de las seis citas que el catalán reservó para presentarse en Uruguay.
Desde "El carrusel del furo" hasta "La fiesta", más de 25 perlas musicales fueron sobrevolando los recuerdos del público de un país al que el músico llegó por primera vez a comienzos de la década de 1970.
"Es como ver a alguien de la familia. Y por nuestra edad, en cierto modo acompañamos la vida de Serrat. Él cantó en todos los momentos importantes de mi vida, antes de la dictadura -uruguaya (1973-1985)-, durante y después", explicó a Efe Yleana, que acudió al recital acompañada de su esposo.
Como si de la canción "Penélope" se tratase -que tampoco faltó en el repertorio- señoras con o sin bolsos de piel marrón y vestidos de domingo (aunque fuera martes) dejaron volar su memoria acompañadas de los ya no tan "locos bajitos" de sus esposos, amigos, hermanos o primos que no se quedaron atrás a la hora de corear o aplaudir.
El 18 de febrero de 1965 Serrat se estrenó en una radio de Barcelona interpretando sus primeras canciones.
"No les voy a decir que parece que fue ayer porque no es verdad", bromeó sobre el escenario quien desgranó, uno por uno, éxitos como "Algo personal", "Para la libertad", "Romance de Curro el Palmo", "Hoy puede ser un gran día" y "Mediterráneo", considerada como una de las mejores canciones del pop-rock español de todos los tiempos.
"La amistad, el crecer, la solidaridad, la adolescencia" son para Elder, que acudió al concierto junto a varios amigos, algunas de las sensaciones que le evoca escuchar la música del veterano cantante, quien en 50 años ha obtenido reconocimientos como la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes en 1994 o el premio a la Persona del Año por parte de la Academia Latina de la Grabación, en 2014.
Cinco músicos -al piano, a la batería, al contrabajo, a la guitarra y a los teclados- acompañaron al intérprete sobre las tablas del auditorio, a las que también se subieron los músicos uruguayos Fernando Cabrera y Cristina Fernández, con quienes Serrat cantó "El titiritero" y "Es caprichoso el azar", respectivamente.
Tampoco faltaron canciones en catalán como "Cançó de Bressol" y "Paraules d'amor", tras recibir un intenso aplauso al hacer mención el cantante a su lugar de origen.
Contar entre risas anécdotas de su primera llegada al país suramericano, durante el Gobierno de Jorge Pacheco Areco (1967-1972), así como la interpretación de "El sur también existe", basada en un poema del uruguayo Mario Benedetti, puso su importante granito de arena para que una vez más, el público hiciera de la noche otro hito inolvidable en sus vidas.
"Me gusta él, me gusta como persona", reconoció María Elena, otra fiel del carismático músico.
Entre un goteo incesante de atrevidos seguidores que se acercaron al escenario para entregar notas y confesiones escritas al artista, los bises parecieron traer consigo la conformidad de los presentes.
"¡Lucía!", "¡Lucía!", pedían intensas voces entre el público.
Así, tras entonar el cantante "la mas bella historia" que rezaba la popular letra en honor a Lucía, llegó el turno de "Cantares", una de las canciones incluidas en el disco "Dedicado a Antonio Machado", editado en 1969, y que fue sin duda la melodía en la que más acompañamiento coral contó Serrat por parte del público.
El espectáculo permanecerá cinco días más en Montevideo y continuará hasta finales de abril por decenas de escenarios de Argentina y Chile; una gira que se trasladará después a España, de momento, hasta finales de julio y con la que arranca, oficialmente, el segundo medio siglo de la trayectoria del músico catalán.
* Crónicas EFE