Investigaciones recientes publicadas en la página unwomen.org dan cuenta de que incluir mujeres en las empresas, ayuda a mejorar los resultados y hacer que el interés personal y el común caminen de la mano.
Si la meta es que la mujer juegue un papel primordial no solo en casa, sino en el trabajo, es fundamental que se empodere también a través de sus habilidades e intelecto, y con autoestima y fortaleza. Así está lista para estar activa en el mundo laboral y económico.
Para llegar al objetivo, Mauricio León, director de consultoría de GRUPOSENTE, que recientemente organizó un taller para hablar sobre el tema, hace algunas recomendaciones. La primera es lograr el equilibrio integral en la actitud femenina. “Ese equilibrio apunta a que la mujer sienta, piense y actúe de una manera uniforme. Así, desarrolle una conducta basada en su liderazgo interno y en sus habilidades innatas, como son la entrega total, el poder de generación de equipo y la madurez”.
Según León, ella debe mostrar, dentro y fuera de su entorno, claridad y positivismo, marcar un norte y dejar de lado causas, paradigmas y sentimientos que detengan su crecimiento profesional y del equipo al que pertenece o lidera.
El especialista asegura que las ventajas de empoderarse dentro de la actividad laboral son el crecimiento, la generación de un legado, la vivencia de la satisfacción de crear un modo de vida en la que su superación personal y de equipo sea el aliciente de sus objetivos.
“Con esto, la mujer desarrolla el poder de ganar, la fuerza de brindar liderazgo de manera profesional, de ser eficiente y comprometida, además del reconocimiento de sus capacidades reales en las organizaciones y de hacer un aporte para su grupo de género”, destaca el especialista.
Investigaciones recientes publicadas en la página unwomen.org dan cuenta de que incluir mujeres en las empresas, es decir, propiciar la equidad de género, ayuda a mejorar los resultados y hacer que el interés personal y el común caminen de la mano.
Sin embargo, para garantizar la inclusión de talentos, aptitudes y energía femenina en todos los espacios, desde las oficinas ejecutivas hasta las fábricas, es necesario adoptar medidas y políticas dirigidas al logro de ese objetivo. Con ese fin, se debe trabajar —según León— en cambiar las creencias culturales (por ejemplo, que la niña se quede en casa ayudando a la mamá mientras el niño asiste a clases), que han hecho, por años, detener el camino de las mujeres.
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Este recorrido no es fácil, pero tampoco imposible y por tanto ellas deben prepararse para enfrentar situaciones de conflicto que encontrarán en su carrera profesional. Por ejemplo, la competitividad, el rechazo de gente con creencias y paradigmas diferentes a los de ella, la falta de compromiso de su grupo cercano, la posibilidad de desánimo y otros. “Lo importante es que dentro del empoderamiento, ella debe conocerse y conocer y aplicar herramientas para convertir los problemas en oportunidades”, dice y apunta ejemplos como el diálogo, la defensa de posturas, el respeto a los otros y sobre todo al desarrollo de un alta autoestima que es la autovaloración de sí misma.
Reducido
Según estudios de Mauricio León, en Bolivia la participación de mujeres en cargos directivos es de apenas el 5%.
Políticas
Es importante promover en las fuentes de trabajo la equidad de género, desde el más alto nivel como la dirección.
Equidad
Se debe tratar a todos, hombres y mujeres, de forma equitativa, sin discriminar a uno o al otro, a fin de evitar rivalidades laborales.
Difusión
Evaluar y difundir los progresos realizados a favor de la igualdad de género.