Ante todo debe existir compromiso y entendimiento en varios sentidos para que la relación de afecto no dé pie a la irresponsabilidad.
Elegir un socio puede ser tan difícil como elegir con quien casarse y aún cuando estamos seguros de que hemos hecho la elección correcta, al igual que un matrimonio, podemos equivocarnos.
Ante todo debe existir compromiso y entendimiento en varios sentidos para que la relación de afecto no dé pie a la irresponsabilidad.
Llevar adelante un emprendimiento con amigos puede resultar gratificante o desagradable. La película "Red social" refleja la pelea entre los fundadores de Facebook. Se trata de la historia de dos amigos que se asociaron para la creación de Facebook y terminaron enemistados. ¿Cómo pasaron Mark Zuckerberg y Eduardo Saverin de mejores amigos y fundadores de la red social por excelencia, a enemigos enfrentados incluso legalmente?
El compartir horas de amistad, intereses comunes, vacaciones y otras actividades inevitablemente trae a la mesa la idea de comenzar un negocio juntos. Sin embargo, la simple comunión de intereses en el dominio de la amistad no resulta suficiente para asegurar una buena relación de socios.
Entonces, ¿conviene mezclar amistad con trabajo? Hay quienes afirman que las posibilidades de fracaso de un emprendimiento aumentan a medida que se incorporan conocidos a la empresa. Sin embargo y, en el polo opuesto, hay varios ejemplos de emprendimientos exitosos liderados por personas que comulgan una amistad anterior al proyecto.
Para preservar la relación en los negocios y en la amistad, conviene dejar de antemano algunas pautas claras bien planteadas:
- Compartir una misma visión de negocio.
- No dejar librada la relación al azar del día a día y a su autoregulación.
- Compartir valores, la motivación y el entusiasmo por el proyecto.
- Establecer roles complementarios.
- Pensar en términos de una selección de personal objetiva: ¿Este es el mejor socio que yo podrá encontrar y seleccionar en el mercado?
- Definir mecanismos de solución de conflictos eficientes y objetivos.
- Anticiparse a cuestiones de tipo personal que podrían afectar a la relación laboral (por ejemplo: viajes).
- Definir criterios de salida en caso de conflicto o desacuerdo.
- Destinar espacios de tiempo extra laboral para conservar la amistad.