De solucionar problemas de la comunidad a preservar el medioambiente. El emprendimiento social es una realidad que se ve en todo el mundo, también en América Latina, donde las escuelas de negocios generan cada vez más instancias para promoverlo.
Hasta hace un tiempo se consideraba una tendencia propia de las nuevas generaciones levantar proyectos que no solo fueran exitosos comercialmente, sino que también a nivel social y medioambiental. Sin embargo, algunas escuelas de negocios que no habían explorado este tema comenzaron a incluirlo en sus asignaturas, adaptándose a una realidad: el impacto social es cada vez más relevante cuando se hacen negocios.
En la séptima Encuesta Millennials elaborada por Deloitte en España se da cuenta que esta generación efectivamente espera que las empresas consideren los intereses de sus stakeholders en vez de centrarse solamente en los resultados financieros. Es así como se afirma que el 70% de los encuestados piensa que la empresa para la que trabaja se preocupa exclusivamente de los resultados financieros y no del impacto social que tiene.
A su vez, estos profesionales necesitan que su trabajo tenga sentido, así como que las empresas posean, valores similares a los de ellos. El estudio “Millennials at work” de PwC, muestra que los Millennials se sienten atraídos por las marcas empleadoras que admiran como consumidores. Ante esto, el director del Executive MBA en IAE, Alberto Willi, dice que "las nuevas generaciones están más abiertas a estas ideas, hay menos resistencias y ganas de encontrar nuevas soluciones. Luego en la práctica es complicado hacer convivir distintas lógicas, pero claramente la apertura es otra. La sensibilidad social y ambiental de las personas ha cambiado y eso se nota en los alumnos".
Para Jorge Calderón, profesor de emprendimiento social en la Escuela de Negocios Haas, este foco del emprendimiento es importante porque se enfoca en aprovechar el negocio como una herramienta para considerar y abordar los desafíos más urgentes.
Es por eso que la preocupación por el triple impacto está aumentando. Horacio Arredondo, director del Executive MBA de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), añade que la motivación por estos temas “lo vemos en la cantidad de ideas para solucionar desafíos relacionados con el desarrollo social que nuestros alumnos exploran durante el programa. Nuestra responsabilidad pasa por apoyar conceptualmente y con redes a que esas ideas se puedan transformar en realidades a futuro”.
”Es cada vez más importante en un entorno que se caracteriza por el cambio constante, el cual es la nueva normalidad y los estudiantes que pueden desarrollar una empresa tienen la mentalidad correcta para enfrentar los desafíos dentro de una organización”, dice Florian Hoos, profesor afiliado de Contabilidad y Control de Gestión en Hec Paris.
Si bien las b-schools pueden llevar años fomentando el emprendimiento en general, el foco social no es tan nuevo, aunque hay excepciones. Tanto en la peruana Universidad del Pacífico (UP) como en la Escuela de Negocios Hass llevan más de 20 años incentivando este tipo de emprendimiento.
En la UP se ha promovido emprender hace casi cuatro décadas, con especial interés en lo social, tanto en pregrado como postgrado. Hace por lo menos 15 o 20 años que se dicta el curso Gestión Estratégica de la Responsabilidad Social, que se enfoca en el triple impact (social, económico y ambiental) además de proponer a los estudiantes de pregrado que formen empresas con un componente de este estilo. Para Elsa del Castillo, rectora de esta casa de estudios “es muy difícil que una idea de negocio de la UP no lleve el componente social. Estos temas son parte de la misión de la universidad”.
En el caso de Hass, Calderón dice que “el profesor Will Rosenzweig, CEO fundador de la República de Té, fue fundamental para iniciar el movimiento al enseñar la primera clase de Haas en emprendimiento social en 1999”. Como ejemplos de proyectos llevados a cabo, el profesor de emprendimiento refiere a Back to the Roots, Revolution Food y Wheel the World.
Pero a nivel latinoamericano los ejemplos también llaman la atención, mostrando que se ha dado espacio para este tipo de proyectos. En la chilena UAI afirman realizar charlas donde líderes dan a conocer sus experiencias, a través del programa de Desarrollo y Transformación diseñado para acompañar al alumno en su proceso de autoconocimiento e identificación de esas motivaciones. Arredondo menciona también algunas asociaciones como la que tienen con Virtus Partners, con quienes realizan el “Virtus Social Challenge”, donde algunos de los MBAs se unen a los consultores para solucionar desafíos sociales.
“Asimismo, los alumnos de nuestro MBA Full Time participan en proyectos aplicados que en muchas ocasiones tienen relación con mejorar la gestión o aportar ideas para organizaciones que se dedican a desafíos sociales. De esta forma, logramos alianzas win-win, nuestros alumnos practican lo aprendido y las organizaciones se benefician del talento que tenemos en nuestros programas”, dice Arredondo.
En EAFIT, en Colombia, apoyan el emprendimiento mediante la Dirección de Innovación y el Centro de Innovación Social, que cuenta con alianzas principalmente gubernamentales.“Dicho apoyo existe desde hace más de cinco años pero ha adquirido mayor relevancia a partir de los lineamientos formulados por la Universidad en su nuevo plan estratégico, el cual declara en su propósito superior que en EAFIT Inspiramos vidas e irradiamos conocimiento para forjar humanidad y sociedad”, dice Juan Esteban Escalante Gómez, coordinador de la maestría en Administración (MBA) de EAFIT.
A su vez, en la escuela de negocios de la argentina IAE cuentan con diferenres instancias para fomentar el emprendimiento social. "Desde 2017 organizamos para todos los MBAs un Hackatón donde les pedimos que en 48 horas desarrollaran un modelo de negocio con impacto social. Alineados bajos distintos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODSs) y en conjunto con Njambrr, les pedimos a los alumnos que identifiquen oportunidades de negocios que resuelvan problemáticas sociales y ambientales", relata Alberto Willi.
Además, Willi añade que los alumnos luego pueden seguir trabajando estas ideas en el proyecto final que tienen que desarrollar y defender frente a un panel de profesores, así como participar en la Competencia NAVES del Centro de Entrepreneurship del IAE y presentar sus proyectos a competencias internacionales.
Para muchos, el foco social seguirá expandiéndose por América Latina, lo que ya se puede ver en distintas iniciativas que buscan generar un impacto social. Una visión que deberían compartir todas las escuelas de negocios.
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