Un 79% de las firmas se preocupa más de la reputación que de mejorar el medio ambiente, según un estudio de la Confederación Nacional de la Industria.
Las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad y la gestión del medio ambiente son parte de los temas de discusión diaria de la población brasileña. En el último día, 3 de octubre, por ejemplo, en Brasil vimos una verdadera "ola verde" en favor de propuestas por el medio ambiente.
Fueron casi 20 millones de brasileños los que apoyaron a la candidata por la presidencia que se abanderaba en favor de la utilización de fuentes económicas renovables y sostenibles.
En esta onda politicamente correcta, muchas empresas adoptan procedimientos de gestión ambiental, sin embargo, la prioridad de éstas se encuentra lejos de ser una decisión orientada netamente a la economía sustentable.
De acuerdo con la encuesta especial de medio ambiente, realizada por la Confederación Nacional de la Industria (CNI), la imagen y la reputación de una empresa son el principal motivo para adoptar técnicas de gestión ambiental y que, a su vez, está siendo implementado por cada siete de diez compañías brasileñas.
En total, 78,6% de las organizaciones encuestadas dijo que invertía en temas ambientales por la reputación que adquiría.
En segundo lugar, 77,7%, admitió que la realización de estos procedimientos se debía a los requisitos de permisos ambientales. Y en el tercer puesto, con 66,6%, expresó que lo hacía por las regulaciones ambientales.
La encuesta de la CNI, que consultó a 1.227 empresas de todos los tamaños y sectores, revela que las prácticas adoptadas varían desde la reducción de generación de residuos a la eficiencia energética, junto con la reducción en el consumo de agua, entre otros procedimientos.
Según la encuesta, el porcentaje de organizaciones que adoptan los procedimientos medioambientales se eleva al 95% entre los grandes.
La directora de Relaciones Institucionales de la CNI, Heloisa Meneze, explica que “ el creciente nivel de exigencia y tareas que se les dan a las empresas exige un nivel de atención muy alto, porque muchas de esas exigencias se transforman en costos. Hay un límite entre estos requisitos y los beneficios que la empresa tiene con la imagen y el precio que pueden incorporar los productos en el mercado”.
Las empresas también demostraron preocupación en la reducción de desperdicios de materias primas (55,3%), mejora de la calidad del producto (37%), y satisfacer las demandas de los clientes y los consumidores (27,9%).
Incentivos
Sólo el 15,8% de las industrias consultadas dijo que ningún incentivo sería efectivo para estimular la adopción de instrumentos de gestión ambiental, según informa la encuesta.
Del 84,2% de las organizaciones, el 67,1% respondió que el tratamiento fiscal diferenciado sería el mejor incentivo, mientras que el 61,9% expresó que sería importante un tratamiento no diferenciado en la licencia ambiental.
Hay que tomar en cuenta que la suma de las respuestas supera el 100%, porque se dio la posibilidad de la elección múltiple.
“Practicar una buena gestión ambiental tiene costos para las empresas, porque deben invertir en máquinas más eficientes, en innovación, en desarrollo tecnológico y mejora de procesos. Sin embargo, conociendo los costos han invertido en éstos. Pero necesitamos estímulos de diverso índole tales como la expansión del mercado o aquellos provenientes del gobierno, como los afluentes ", explica Meneze.
Ella apunta a la reducción de IPI, ISS, e ICMS como ejemplos de incentivo tributario.
Acerca de la encuesta
De las 1.227 empresas encuestadas por el NCC, 183 son grandes, 367 medianas y 677 pequeñas empresas. El Estudio especial se llevó a cabo entre el 5 y 19 de abril y está disponible en www.cni.org.br.
