Especialista médica subraya que el tema debe abordarse como una política pública tanto de salud como de educación.
El reciente estudio Obesidad 2015, realizado en Chile por GFK Adimark, revela que uno de cada cuatro personas con sobrepeso no reconoce su condición, dando claras muestras de una tendencia a bajarle el perfil a esos “kilos de más”.
La percepción es un tema relevante al hablar de obesidad, ya que los padres y madres de los niños y niñas no tienen una concepción adecuada respecto de “lo normal”. Ha pasado mucho tiempo ya desde los años en que los niños obesos eran sinónimo de salud y felicidad.
De la falta de alimentos en los años 70 se pasó a una malnutrición por exceso en las décadas siguientes, situación que se hace cada vez más frecuente en la cultura alimenticia.
A nivel general, los indicadores de salud pública señalan que los padres sólo se preocupan o alarman intensamente poor dos situaciones de sus hijos: cuando tienen fiebre o cuando no comen.
"Dado lo anterior, se debe incidir en la familia para crear el hábito de comer bien. Asimismo, se requiere la provisión de frutas y verduras accesibles para todos y en formato transportable, debiendo trabajar para ello en colaboración con la industria alimentaria", subraya la doctora Nelly Baeza, coordinadora Programa de Salud Pública, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Central.
La experta indica que en Chile el tema debe incluirse desde la educación, incorporándose más fuertemente los contenidos sobre alimentación saludable, de tal forma que niños y adolescentes aprendan a calcular el índice de masa corporal IMC (con su fórmula peso ( kg) / talla ( mt) al cuadrado) y entiendan que el valor normal fluctúa entre 20 y 25.
"Entre las medidas de prevención de la obesidad, junto con la alimentación sana y el consumo de porciones adecuadas, se debe promover la actividad física, caminar, el uso de máquinas de la plaza, running, entre otros, y la realización del examen de salud del adolescente", destaca la especialista.
No se debe olvidar que la obesidad es factor de riesgo de diabetes mellitus, hipertensión, accidentes cerebrovasculares, hígado graso, hepatitis no infecciosa, insuficiencia cardíaca, y algunos cánceres como el de mama, endometrio, colorrectal, de riñón, páncreas, esofágico, tiroides, y vesícula biliar.
"Es decir, la gordura no sólo es un problema estético, sino que de salud pública", puntualiza la doctora Baeza.