El médico broncopulmonar de Clínica Vespucio, Javier Cerda, entrega algunas claves.
El asma es una enfermedad crónica producida por una inflamación bronquial que obstruye la vía aérea de manera total o parcial. Se caracteriza por la aparición de episodios de dificultad respiratoria, generalmente asociados a síntomas como tos, pitidos al respirar y sensación de ahogo.
Javier Cerda, médico broncopulmonar de Clínica Vespucio, dice que pese a que esta patología no tiene cura se pueden tomar medidas para aliviar los síntomas.
Según destaca, la enfermedad tiene una predisposición genética, sin embargo, existen algunos factores que pueden aumentar la posibilidad de que se desarrolle, tales como:
- Historia familiar de asma.
- Facilidad para desarrollar alergia.
- Contaminación ambiental.
- Exposición al tabaco.
- Obesidad.
- Bajo peso al nacer.
- Infecciones respiratorias frecuentes durante la infancia.
Los síntomas incluyen sensación de ahogo, pecho apretado, respiración con silbido y tos. “Esta última, es más intensa en la noche y en la mañana. Se desencadena con los cambios de temperatura o al respirar profundo”, explica.
El paciente asmático puede hacer ejercicio y deportes incluso de alto nivel, siempre y cuando esté bien tratado. Para ello se le indica usar un inhalador 10 minutos antes de la actividad.
Tratamiento
El tratamiento está basado en medicamentos broncodilatadores que se administran con inhaladores para que lleguen directamente a los bronquios.
En crisis severas, se administran medicamentos orales o inyectables derivados de la cortisona, que refuerzan el efecto de los inhaladores.
“Un paciente asmático cuando está bien tratado y se controla regularmente, logra obtener una excelente calidad de vida, sin restricciones especiales por su enfermedad, sólo las generales para cualquier persona, como no fumar”, remarca el especialista.