MercadoLibre comparte la historia de la fundadora de Play Co, que fue semifinalista en México del Concurso Historias que Inspiran 2016, organizado por ese portal y Endeavor.
Abogada de profesión pero desempleada en 2010, Yazmín se encontraba en un momento de crisis al agotar los recursos económicos de su liquidación. Aquel octubre decidió cruzar la frontera norte de su ciudad, Tijuana, para comprar unos cuantos disfraces de Halloween, y revenderlos. Así comenzó la historia de Play Co, hoy gran distribuidora de juguetes y disfraces cuyas ventas, gracias al comercio electrónico, se extienden a todo el país.
MercadoLibre comparte la historia de la fundadora de Play Co, que fue semifinalista en México del Concurso Historias que Inspiran 2016, organizado por ese portal y Endeavor en el que, por tercer año consecutivo, se reconocieron a los emprendedores que encontraron en el e-commerce el inicio de un círculo virtuoso de crecimiento económico.
Yazmín Rojas recuerda el otoño de 2010 como una de las etapas más complicadas de su vida; pero también como la que marcó el inicio del exitoso negocio que hoy no solo le permite tener una vida más cómoda, sino beneficiar a 24 familias más con la venta de juguetes.
Llevaba algún tiempo desempleada –es abogada, aunque especializada en el área de ventas; la empresa en la que trabajaba quebró-. El dinero de su liquidación lo había invertido en una tienda de ropa que no repuntaba, en su ciudad Tijuana, que acabó por perderse durante un robo.
“Al vivir en frontera tenemos la oportunidad de ir y venir cada día a Estados Unidos a hacer nuestras compras; se acercaba la época de Halloween, y veía los hermosos disfraces que venden en San Diego”, recuerda Yazmín.
“Comencé con un estudio de mercado, vi que en el resto México los vendían muy caros, saqué mis propias cuentas, y concluí que no se ofrecían a un precio justo. Con una crisis de 11 meses sin recibir una entrada de dinero, no podía invertir y poner una tienda: mi opción era el internet”, comenta.
Fue entonces a la tienda de disfraces y apartó unos cuantos por una semana. “Los publiqué en Mercado Libre, vendí el primero. Pedí prestado 80 dólares para comprarlo, lo importé y envíe el mismo día, y así cerré mi primera venta. Solo en ese mes, con las ventas de 200 disfraces a través del portal, liquidé todas mis deudas”.
Al principio señala, su idea era dedicarse a vender artículos de moda, sin embargo, al terminar la temporada de disfraces, seguía la navideña y con ella, la demanda de juguetes, uno de los regalos más tradicionales.
Sus ventas por internet fueron tan exitosas, que con solo ese giro, en apenas unos meses, ella y su esposo no se daban abasto. “Ya no nos era posible a los dos atender la demanda. Empezamos a contratar gente, ahora somos veinticinco personas, veinticinco familias que viven de este noble trabajo”.
De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de la Industria del Juguete (AMIJ), el consumo anual per cápita de juguetes en México- un país con 32.2 millones de niños menores de 14 años, según datos del Instituto de Estadística, Geografía e Informática- es de mil 400 pesos.
La AMIJ señala que la demanda repunta en Navidad, Día de Reyes y Día del niño, y el mercado se mantiene a la alza este 2016, en el que se espera un crecimiento de 5%.
La bodega de Play Co, la empresa en línea que fundaron Yazmín Rojas y su esposo, cuenta con un stock de más de 6 mil productos.
“Tenemos un negocio seguro, ya que no estamos expuestos en un local físico, nuestra única forma de venta es en línea y eso me da una libertad que valoro: sin horario fijo, sin jefes y con la posibilidad de disfrutar mi vida y a mi familia; mi hijo tiene 4 años y he podido atenderlo, verlo crecer”.
El comercio en línea, insiste esta emprendedora, le ha permitido favorecer a otras familias, que también se benefician con buenos ingresos y condiciones flexibles de trabajo.
“Vivo de esto, mi familia come de esto, viaja de esto. La peor crisis de mi vida, sacó mi creatividad y me enseñó que las oportunidades, definitivamente, se crean”.