La molécula podría ser un potencial objetivo terapéutico para la enfermedad.
Investigadores de China, Estados Unidos y Singapur han descubierto que la acumulación de una cierta proteína puede causar el crecimiento de células cancerígenas en el riñón, ofreciendo un nuevo objetivo terapéutico, informó el periódico el Diario de Ciencias de China.
El carcinoma de células claras de células renales es un tipo común de cáncer renal y supone el 70% de todos los casos. Más del 90% de los enfermos experimentan un cambio genético que deriva en la pérdida del gen supresor tumoral VHL. En los estudios, los investigadores descubrieron que, sin el gen VHL, una proteína llamada ZHX2 puede acumularse en las células, lo que estimula el desarrollo del cáncer.
"Si pierdes VHL, se acumulará una gran cantidad de la proteína ZHX2 en tu cuerpo, lo que activará una señal que promueve el cáncer renal", explicó el investigador líder, Zhang Qing, quien también es profesor adjunto de la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte.
"Esta proteína puede ser un potencial objetivo terapéutico para tratar el cáncer de riñón por sí solo o en combinación con otros tratamientos", señaló Zhang.
VHL es el supresor tumoral más importante para prevenir el desarrollo del cáncer de riñón. EE.UU. ha aprobado medicamentos para tratar la ausencia de VHL, pero los enfermos muestran una respuesta escasa o pueden desarrollar resistencia a las mismas. Por eso, Zhang y sus compañeros empezaron a buscar otros objetivos.
El equipo desarrolló una técnica de revisión y descubrió que las células de cáncer renal sin VHL suelen tener más proteína ZHX2. Después de quitar la proteína del modelo de laboratorio, los investigadores fueron capaces de impedir el crecimiento, la invasión y la extensión de las células cancerígenas.
Según el científico, los estudios futuros se enfocarán en cómo detectar la proteína en la terapia tras identificarla.
Los estudios conjuntos, que contaron con la participación de investigadores de la Universidad Tongji y la Universidad Fudan, ambas en Shanghai, así como ocho instituciones estadounidenses y singapurenses, fueron publicados en la revista Science.