Estos resultados, publicados en Scientific Reports, pueden mostrar mejor la fisiopatología de dicha patología, así como a mejorar su diagnóstico y el seguimiento de los pacientes.
Científicos del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, centro mixto de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el CSIC, han demostrado la existencia de patrones patológicos comunes a todos los genotipos del parásito que causan la enfermedad de Chagas. Estos resultados pueden ayudar a comprender mejor su fisiopatología y optimizar su diagnóstico y seguimiento de los pacientes.
Existen al menos seis variedades del parásito Trypanosoma cruzi capaces de desarrollar chagas en humanos. Hasta ahora se planteaba la hipótesis de que esta variedad genética podría ser la causa de las distintas patologías asociadas (cardíacas, digestivas o ambas). Sin embargo, un trabajo reciente, publicado en Scientific Reports, ha demostrado que los distintos genotipos del parásito producen los mismos patrones patológicos.
Estos resultados son importantes porque podrían definir biomarcadores de pronóstico para predecir en la etapa inicial de la enfermedad si un paciente va a desarrollar trastornos importantes en el futuro.
En la etapa inicial, la enfermedad presenta síntomas parecidos a la gripe e inflamación en el lugar de la picadura del insecto vector (hematófagos, o que se alimentan de sangre, como el chinche). Luego transcurre un periodo donde los pacientes permanecen asintomáticos y que puede durar décadas.
El chagas no tiene un tratamiento demostrado. Tras Estados Unidos, España es el país no-endémico donde más casos se han detectado
En aproximadamente un 30% de los casos, la enfermedad se convierte en crónica, dando lugar a la posible aparición de megavísceras: agrandamiento patológico del corazón (cardiomegalia), del esófago (megaesofago) o del colon (megacolon).
Diversas respuestas inmunológicas frente a las cepas
El trabajo estudió las características fisiopatológicas del chagas en un sistema de modelo infeccioso de ratón mediante el uso de cepas de T. cruzigenéticamente diversas, proporcionando una descripción en conjunto de la infección experimental.
“Analizamos múltiples parámetros para reunir e integrar un gran número de marcadores en las fases aguda y crónica de la enfermedad”, aseguran los autores, pertenecientes al Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, centro mixto de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el CSIC.
El análisis estadístico multidimensional mostró con precisión que la combinación de parámetros predice la fase de infección, la cepa infectante y la presentación clínica de la enfermedad.
“No obstante –detallan los autores– mientras que una combinación de factores permite la identificación de la cepa infectante, algunos patrones se conservan durante la fisiopatogenia de la enfermedad de Chagas en todas las cepas de T. cruzi, a pesar de su diversidad genética”.
El chagas es una enfermedad desatendida que no tiene un tratamiento demostrado y para la que no existe vacuna. Tras Estados Unidos, España es el país no-endémico donde más casos se han detectado. En Latinoamérica afecta a cerca de siete millones de personas. Encontrar biomarcadores de pronóstico para esta enfermedad es un reto importante de la medicina actual.