Los hombres y mujeres de negocios ya no bailan sólo al ritmo de la caja registradora, como antaño, cuando la principal preocupación era ganar dinero. De manera creciente los ejecutivos de la región tienen mayor curiosidad y pasión por el conocimiento del management. Algo gratuito, pero que hace mejor el mundo de los negocios.
Para muchos ejecutivos latinoamericanos no todo es trabajo y día a día. También sueñan con investigar, escribir y crecer intelectualmente.
Al menos eso dice la encuesta a ejecutivos que realiza AméricaEconomía, con la que obtenemos importantes datos sobre las tendencias de la industria y el prestigio de las escuelas (pero que no componen indicadores del ránking de las escuelas latinoamericanas).
Así, los aproximadamente 1.600 ejecutivos encuestados de prácticamente todos los países de la región, apuntaron que las escuelas de negocios de INCAE (28%), la Universidad Católica de Chile (15%) y la Universidad Adolfo Ibáñez (12%), son las preferidas para ser invitados eventualmente a dictar clases.
Sin duda, un buen indicador de prestigio, pero que sólo muestra términos generales. Al desagregar los encuestados, por ejemplo, preguntando sólo por prestigio, los argentinos se inclinan por una escuela local: IAE de la Universidad Austral.
Lo mismo pasa con los brasileños, los colombianos y los mexicanos, con COPPEAD de Rio de Janeiro y Uniandes de Bogotá e IPADE del Distrito Federal de México, una gran escuela que aún no se anima a participar del ránking, la que –en caso de hacerlo– sin duda treparía a las primeras posiciones.
En el caso de las escuelas globales, Harvard Business School es, por lejos, la escuela donde los ejecutivos latinoamericanos se desvivirían por dictar clases, con un 40,3% de las preferencias.
Destacan también un conjunto de escuelas españolas que se ha posicionado como de alto prestigio: Instituto Empresa (9,5%), IESE (9%) y algo más atrás ESADE (3,4%).
También hay que destacar en este conjunto a London Business School y The Wharton School, las que alcanzan posiciones encumbradas en el índice general de prestigio de la tabla del ránking de las escuelas globales.
El juego de hacer imaginar a nuestros ejecutivos dictando clase no es una quimera. De hecho, éstos se muestran muy dispuestos a incrementar sus conocimientos en management, pues sólo 13% de ellos no tiene interés por cursar ninguna otra maestría. El hambre del saber, corre por cuenta de programas de Finanzas (33%), Economía (17%) y Márketing (15%).
Datos que sintonizan con el valor percibido de haber hecho un MBA por parte de estos ejecutivos, quienes consideraron mayoritariamente que el principal beneficio fue “ampliar y profundizar en conocimientos”, por sobre otros atributos más pragmáticos como ampliar redes, mejorar la empleabilidad o aumentar salario.
Está clara la importancia de la educación de posgrado en esta casta de hombres y mujeres de negocios.
Así, no es raro que hayan cursado sus MBA contra viento y marea. Así, la gran mayoría financió de su propio bolsillo su maestría (61%), porcentaje que aumenta si se suma a aquellos que lo cofinanciaron con su empresa (13%) y quienes pidieron un crédito bancario para hacerlo.
Como contracara de esta pujanza, al debe quedan las empresas y los sistemas de becas, que en conjunto sólo cubrieron 19% del financiamiento de los ejecutivos encuestados que tienen ya su MBA, justo ahora, cuando el desafío para América Latina es justamente incrementar su capital humano.