Con los presupuestos de las empresas que se achican, los centros de educación ejecutiva comienzan a prepararse para escenarios de menor abundancia.
Con los presupuestos de las empresas que se achican, los centros de educación ejecutiva comienzan a prepararse para escenarios de menor abundancia.
La obra podría llamarse "Ese invierno tan temido". Primera escena: las perspectivas son de expansión y fluyen los recursos, abunda la oferta de programas de educación ejecutiva que prometen a las empresas desarrollar las habilidades y los conocimientos necesarios de altos directivos, managers y profesionales, de modo que los equipos cumplan con metas ambiciosas. Segunda escena: la economía se enfría y las perspectivas no son tan halagüeñas. No es tan fácil convencer a un alto directivo de invertir a diestra y siniestra en capital humano en escenarios de contracción de ventas y utilidades. Pero aun cuando exista tensión, no hay demasiado misterio respecto al momento del entreacto. En nuestra región ya todos lo saben: es ahora mismo. El periodo 2014 y 2015.
Y la cifras lo muestran: si bien el Ránking de Educación Ejecutiva de este año, que considera ese margen temporal, muestra que el volumen agregado de negocios de los centros de educación ejecutiva (en su oferta de programas cerrados a empresas, que es lo que se estudia) no ha mermado significativamente, es claro que tampoco está creciendo.
Con la certeza de que la segunda escena de contracción empieza a cobrar mayor importancia día a día. ¿Qué están haciendo al respecto los centros de educación ejecutiva?
En el caso de ESAN de Lima, su directora de desarrollo gerencial, Ana Reátegui, es optimista. Piensa que las grandes empresas peruanas, especialmente en la capital peruana, recién han adquirido una complejidad tal que contratar programas de educación ejecutiva no es una opción, sino una necesidad. Sin embargo, la competencia por vender programas de educación ejecutiva a las empresas también se ha incrementado, y lo hará aún más cuando las billeteras empresariales no estén igual de abultadas que durante el periodo anterior.
Una posible respuesta es avanzar en la oferta regional. “Hemos visto grandes oportunidades en ciudades como Arequipa o Trujillo, pues las empresas allá instaladas comienzan a necesitar de nuevos conocimientos y habilidades, donde no está tan desarrollada la oferta”, dice Reátegui. “Son contratos de menor volumen individual, pero como mercado es bastante significativo”, complementa.
Una estrategia de desarrollo hacia adentro de los países que ya ha dado réditos en algunos centros de educación ejecutiva latinoamericanos, como ADEN, entidad originaria de Mendoza que se hizo fuerte en las provincias argentinas y que llevó el modelo a Centroamérica, y hoy su headquarter está en Panamá.
Al otro lado del océano, en el IE de Madrid, no acusan mayor preocupación por el escenario restrictivo creciente. Después de todo ya pasaron por uno peor, desde 2008, con la crisis financiera subprime, del cual salieron bien parados a través de una estrategia de internacionalización que hizo de esta escuela de negocios un actor más global. “No hemos sentido aún contraerse el mercado latinoamericano, pero lo enfrentaremos desarrollando una oferta de calidad que no necesariamente aumente los cursos, pero que sí atraiga perfiles más altos de ejecutivos de empresas que requieren programas de mayor calidad, para abordar problemas de dimensiones tanto locales como internacionales”, anticipa Joaquín Uribarri, CEO de Executive Education del IE.
En el caso de Universidad de los Andes, Marta Cecilia Bernal, directora de Educación Ejecutiva, dice que las apuestas para el periodo que viene pasan por una estrategia de profundización de la relación con los clientes actuales. “No nos preocupa cuántas son las empresas que nos contratan, sino la profundidad del vínculo”, detalla, en relación con su estrategia, que busca generar un vínculo, centro de educación ejecutiva-empresa cliente, en el que la contratación de programas es un aspecto básico, pero no fundamental. “Se trata de crear estructuras de acompañamiento más allá de cada servicio puntual”, explica. Ello, de modo que la empresa enfrente escenarios menos propicios “con diagnósticos adecuados que la lleven a decidir la adquisición de experiencias educativas que proporcionen las herramientas necesarias para que sus directivos identifiquen y resuelvan los nuevos problemas”, concluye.
Similar es el caso de la chilena Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), que acaba de terminar un ejercicio de reconceptualización de su propuesta de valor. “Pasamos a un esquema de soluciones corporativas en el que, a la oferta clásica de programas, cursos y talleres, se le suma un tipo de intervención organizacional más compleja”. La idea es que, así, los directivos adquieran herramientas de gestión y liderazgo, “mientras son acompañados en tareas de desarrollo de equipos de alto rendimiento, de gestión del cambio organizacional y de dirección de nuevos proyectos de negocios”, expone Jorge Toro, director de soluciones corporativas de la UAI.
Esta propuesta de diferenciación, según Toro, “nos permite enfrentar escenarios en los que las empresas han reducido o hasta eliminado sus presupuestos de capacitación o educación, pues igualmente van a requerir soluciones organizacionales dados esos contextos restrictivos, por lo que nuestra oferta de intervención organizacional tiene sentido”.
Movimientos en el ránking
No todo es anticipación del futuro. Algunas entidades cosechan ya lo que sembraron y otras pagan el precio. Así, el top 5 de este ránking cuenta con la presencia de tres centros de educación ejecutiva de España. El IESE, que repite el primer lugar; el IE que se mantiene 4°, y Esade, que alcanza la quinta posición, y aumenta un lugar en relación con el año pasado.
Todo un mérito, si se considera que este ránking privilegia el desarrollo de programas cerrados (in-company y universidad corporativa) para empresas multilatinas y, en segunda instancia, para empresas domiciliadas en la región, por lo que estas escuelas compiten de visita. Además, la también española ESIC y la Universidad de Miami escalan posiciones (al 10° y al 15°, respectivamente), lo que muestra que el mercado latinoamericano de la educación ejecutiva sigue abierto para jugadores de todas las latitudes, y donde ser local comporta ventajas, pero no tantas.
También llegan novedades desde Bogotá, por medio de la Universidad Sergio Arboleda y de CESA, que se integran a esta versión del ránking, y muestran una oferta de programas competitivos, fundamentalmente en el mercado local.
Dependerá de la fuerza de la contracción de las economías regionales y de la capacidad real de implementación preventiva de los cambios para adaptarse a ello, el que el año y ránking próximos veamos cambios más dramáticos, o no, cuando abramos de nuevo el telón para ver esos resultados.
A continuación, el ránking, los gráficos y las tablas correspondientes:
Foto: Pixabay