Las startups enfrentan desafíos específicos desde su creación, desarrollo y expansión, ya que estos procesos son diferentes al de las empresas tradicionales.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), hace siete años las startups en la región parecían un tema “ajeno” y “lejano”, pero “hoy en día la percepción es que sí hay oportunidades para los países de América Latina de crear y desarrollar nuevas empresas innovadoras”.
A pesar de esto, el alto índice de fracaso empresarial en México ha sido poco estudiado y no se cuentan con registros sistemáticos y confiables que ayuden a entender a profundidad las causas por las que las startups fracasan, pero en años recientes este tema se ha abordado con distintas perspectivas, más allá de la quiebra financiera en sí.
Las startups enfrentan desafíos específicos desde su creación, desarrollo y expansión, ya que estos procesos son diferentes al de las empresas tradicionales, principalmente debido a los altos riesgos e incertidumbre relacionados con sus operaciones altamente innovadoras y disruptivas en el mercado, sobre todo en las fases más tempranas de su desarrollo las cuáles suelen definir su futuro.
Este tipo de empresas necesitan ser asesoradas por una persona calificada para impulsar proyectos con un crecimiento exponencial derivado de incorporar una innovación disruptiva en un gran mercado y de hacer uso de las nuevas tecnologías.
“La escalabilidad de las startups suele ser altamente acelerada y por ello requieren de una asesoría jurídica que tenga las herramientas necesarias para efectuar ágilmente análisis de costo-beneficio en la implementación de soluciones legales”, señala el abogado Víctor Aguirre, socio y fundador de BlackBox Startup Law, despacho especializado en asesorar startups internacionales.
A menudo, las startups encuentran en las cuestiones legales una barrera para su crecimiento, sobre todo en países en desarrollo, donde las brechas entre el conocimiento técnico del emprendedor y su capacidad de gestión empresarial no siempre están empatadas.
Los abogados especializados en economía digital tienen una visión de eficiencia y de uso de los recursos monetarios y humanos que el resto de los litigantes no tiene, estos aspectos son indispensables para que las startups puedan “hacer frente al cumplimiento de obligaciones fiscales y de regulaciones gubernamentales de la mejor manera” indicó Aguirre.
Este tipo de asesorías están encaminadas a que el emprendedor se dedique a desarrollar y perfeccionar su idea, de lo demás se encargan los abogados. Este tipo de asistencia puede ser clave para minimizar la tasa de mortalidad de las startups e incentivar la innovación en el país.
Un abogado especialista en startups tiene las siguientes habilidades:
● Conoce sobre la arquitectura y programación de plataformas digitales, así como aplicaciones móviles, que son la columna vertebral de toda startup.
● Sabe cómo negociar con inversionistas, fundadores y empleados clave, en pro del desarrollo de la empresa.
● Cuenta con experiencia en planeación fiscal de negocios digitales y empresas emergentes.
● Debe haber practicado el litigio entre particulares y frente a autoridades gubernamentales.
● Sabe utilizar herramientas de análisis económico del Derecho para evaluar la aplicación de diferentes estrategias jurídicas.
Un grave problema que tienen las startups, es que suelen aceptar contratos desventajosos. Ya sea por la urgencia de obtener ingresos en combinación con la carencia de capital financiero en las etapas tempranas de las empresas, lo que las lleva a hacer tratos con clientes, proveedores o inversionistas en condiciones poco claras o desventajosas para el emprendedor, ya sea porque desconocen el proceso, los términos legales o porque necesitan el capital de inmediato. No obstante, estos errores son los que podrían llevar a una startup a la quiebra. De ahí la importancia que tiene un abogado especialista en este
sector.