Muchas personas deciden compartir la cama con sus animales de compañía. La ciencia tiene reparos, aunque también reconoce algunos beneficios. Pros y contras.
Compartir la cama con su mascota es una decisión personal. Aunque la ciencia encuentre algunos problemas en esta conducta, psicólogos y veterinarios dicen que la compañía animal trae grandes beneficios. Se ha comprobado que perros y gatos ayudan en terapias para aliviar la depresión, son excelente compañía para ancianos y niños, e incluso favorecen la relajación y aumentan la sensación de bienestar.
El debate comienza en el dormitorio. Según datos del Centro de Control y Prevención de enfermedades de Estados Unidos, el 56 % de las personas con mascotas en ese país las dejan dormir en la habitación y el 50 % de esas duermen en la cama. En Países Bajos, el 62 % de los gatos suelen compartir el lecho con su amo, mientras que en el Reino Unido apenas un 14 % de las mascotas comparten la cama. En Colombia no hay cifras, pero, según veterinarios, es una costumbre que se extiende cada vez más. En promedio, según lo que se conoce en la consulta, la mitad de los dueños de animales de compañía duermen con ellos.
Miguel Ibáñez, psiquiatra de animales, le explicó al diario El País de España que “esa sensación de cercanía y complicidad que hay en la cama es recíproca tanto para el perro o gato, como para sus dueños, y ayuda a sentar las bases para una convivencia fluida en casa entre animales y personas”.
Sin embargo, la ciencia tiene otra opinión: dormir con perros o gatos no es bueno para la salud y tampoco ayuda al buen descanso. Un estudio de la Clínica Mayo encontró que el 53 % de los dueños de mascotas que duermen con ellas tienen problemas de sueño. “Lo que más afecta es la postura en la que duerme el perro. Además, la temperatura de los humanos y animales es diferente y algunos animales roncan o pueden causar arañazos”, explica Marcos Suárez, veterinario. Las dos especies (humana y animal) tienen diferentes ciclos de sueño.
Para los expertos de la Clínica Mayo, tampoco es bueno que los animales duerman en la misma habitación. El tema genera debate. Quienes comparten lecho con sus mascotas rechazan estos resultados y aseguran que su sueño es mejor si están con ellas. Pero una investigación de la CQ University demostró que quienes duermen con perros y gatos tardan más en conciliar el sueño y se despiertan varias veces en la noche por ronquidos.
Eso sumado a los problemas respiratorios o de alergia que se pueden desarrollar. “Quienes tienen asma o alergias no deben dormir con animales ni compartir su habitación con ellos”, dice el estudio. “Si no hay alergias, la decisión es del dueño”, agrega.
El Northshore Sleep Medicine de Chicago respalda esta última parte. Señala que puede ser incluso beneficioso. “Hay personas que se sienten más seguras y calmadas cuando su mascota duerme con ellas”.
Psicólogos encuentran otros beneficios. “Si hay un niño que le tiene miedo a la oscuridad y no quiere dormir solo en su habitación, un perro o un gato le ayudarían a enfrentarse a esos miedos. Los ayudan a sentirse menos vulnerables”, explica Johana Venegas, psicóloga infantil. Pero es enfática en el tema de la higiene: “Para compartir la cama con un niño, asegúrese de que el animal no tiene parásitos, está sano y limpio”.
El temor de muchos dueños de mascotas es que lleguen a contagiarse de alguna enfermedad por dormir con los animales, especialmente los gatos. Sin embargo, un estudio publicado por el “American Journal of Veterinary Research” encontró que el riesgo de contagio de enfermedad es mayor si no se lavan las manos que si se duerme con las mascotas.
Los críticos de estas conductas llevan al debate sobre la humanización de las mascotas. Explican que la permisividad con los animales no es buena y que luego se presentan problemas de conducta. Recuerde que los límites los pone usted. Algo que confirman veterinarios. “Si usted no pone límites, claro que el animal será agresivo y será muy difícil la socialización. Debe entender que el que manda es el dueño y no él”, agrega Suárez. “Dormir en el mismo espacio puede complicar el establecimiento de esos límites, aunque si el dueño es claro en otros espacios privados, el animal entenderá que tiene límites”, agrega.
Hay que tener claro que hay espacios que las mascota comparten y otros que no. “Deje claro todo desde el comienzo, sobre todo con los gatos, que son animales más complejos que los perros. Cierre la puerta de su habitación si no quiere que entre”, dice el veterinario.
Una investigación de la Universidad de Sídney agrega un problema al debate: el efecto en las relaciones interpersonales: “Los animales pueden ser una fuente de estrés en las relaciones de pareja. Se han reportado problemas en la intimidad por dormir con perros y gatos”.