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¿Es bueno ser amigo de los hijos?
Sábado, Octubre 3, 2015 - 10:12

En términos generales este tipo de padres de familia tienen una edad promedio de 40 años, afirman desde el Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (Ceepi).

Muchos padres de familia presumen que son amigos de sus hijos, cuando esa realidad indica que este tipo de relación entrega diversos conflictos.

"Hay roles que no deben cambiar y los padres son padres, no amigos. Esto sucede cuando llega la hora de la rebeldía adolescente. A los papás literalmente les da terror enfrentar este momento y asumen la postura más cómoda: ser amigo. Sabemos que este tipo de relación generalmente fracasa aunque ahora se presenta con mayor frecuencia. Esto, por la incapacidad que tienen los padres para asumir su verdadero rol", explicó la d octora Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (Ceepi).

En términos generales este tipo de padres de familia tienen una edad promedio de 40 años. Fueron educados en hogares con normas muy estrictas y por ende, no fueron tomados en cuenta por sus papás durante su adolescencia o niñez. Además, se les dificulta ejercer su autoridad - en todos los aspectos de la vida - y se les complica comprometerse, incluso con sus propios hijos. Pueden ser "los jóvenes eternos" que les duele ejercer su rol de padres porque en el fondo tienen temor a envejecer.

El resultado es que suelen ser demasiado condescendientes; pero de entrada hay una incongruencia, dado que una relación entre padres e hijos no puede ser entre iguales, explica la especialista.

"Debe ser cercana, abierta, flexible, honesta, con mucha comunicación, pero siempre dejando claro que el padre y la madre son figuras de autoridad y un referente en una escala jerárquica. La amistad, en cambio, se da entre pares y eso no puede suceder en una relación de padres - hijos: a la larga crea confusiones, genera anarquía y muchos trastornos ligados al conflicto con la autoridad y a la falta de disciplina", sostuvo Sotelo Arias.

En tanto, Liliana Paz Hernández, psicoterapeuta de niños y adolescentes y coordinadora de Atención Psicológica de CEEPI, subrayó que en la adolescencia, los padres deben iniciar una nueva etapa basada en la negociación, "pero nunca hay que traspasar la línea de autoridad porque los adolescentes pierden esa figura tan necesaria (la de autoridad paterna o materna). En nuestra clínica hemos visto que los adolescentes con este tipo de relación tienden más a tener un bajo aprovechamiento escolar, son ingobernables y están insatisfechos o frustrados".

Según el CEEPI, estos son algunos de los efectos negativos:

- Con el tiempo se puede perder la autoridad paterna o materna.

- Es una relación desigual: la mayoría de los padres son amigos de sus hijos cuando les conviene y esto confunde a los niños y a los adolescentes.

- Los hijos que se siente amigos de sus padres generalmente tienden a la indisciplina y al desorden.

- No respetan la autoridad (maestros, instructores) ni tienen límites.

- La historia casi siempre termina mal: hay peleas constantes.

- Los padres son una guía para los hijos. Si se termina esto, ¿quién los va a guiar?

- Atentan contra la intimidad que deben tener los hijos.

Otros puntos a tomarse en cuenta:

- Poner límites y asumir la autoridad no significa ser autoritario o un dictador dentro del hogar.

-  Los hijos tendrán toda su vida para tener amigos, lo que necesitan de sus padres es amor, protección y consejos de vida. Amigos tendrán toda la vida, pero papás sólo hay dos: son irrepetibles e irremplazables.

-  Al no ejercer su rol de padres no otorgan a sus hijos las cualidades inherentes a su función: esperanza, protección, tranquilidad y cobijo o que éstos siempre van a estar, pase lo que pase.

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