Siendo una de las estrategias corporativas más exitosas para el desarrollo, la Innovación de Abierta es considerada como un elemento clave en una compañía por el 80% de los líderes de negocios.
En estos tiempos de cambios y avances tecnológicos, las empresas han tenido que adaptarse a esta era repleta de nuevos desafíos, a través de la implementación de llamativas y efectivas estrategias. Como es el caso de la Innovación Abierta, la cual tiene por objetivo acelerar la innovación interna para expandir los mercados.
Esta estrategia se basa en el intercambio intencional de conocimiento, mediante la retroalimentación con clientes y la participación con organizaciones, centros de estudios o con otras empresas. Su aplicación trae múltiples beneficios como el mejor aprovechamiento de los recursos de la compañía, la aceleración del tiempo de comercialización, el desarrollo de nuevas fuentes de ingresos para el negocio, ahorro de costos en los procesos de innovación, entre otros.
Además, con la implementación de una innovación abierta se genera comunidad. “Al tratarse de una red con varios actores en el que participa la sociedad, aumenta el sentimiento de comunidad que permite expandir ideas, nuevos modelos e innovación constante”, comenta Francisca Sepúlveda, socia y directora general de Trencadis, empresa asesora y consultora de innovación.
¿Qué sucede en Chile?
A pesar de que nuestro país está en condiciones para desarrollar esta metodología, la experta afirma que no existe una cultura que fomente el desarrollo de la innovación. “De hecho, Chile se destacó en la OCDE por ser el que menos invierte en esta materia, ya que sólo el 0,36% del PIB, lo que se contrasta con países como Corea del Sur, que invierte 4,3%”, agrega.
Además, de acuerdo a la Novena Encuesta de Innovación del Ministerio de Economía, sólo el 13,4% de las empresas que innovaron lo hicieron con cooperación externa, trabajando en conjunto con otras compañías, universidades, instituto de investigación u otros.
Sepúlveda explica que esto puede deberse a dos causas fundamentales: la falta de conocimiento sobre incentivos por parte de las empresas y la falta de preparación formal en las compañías. “Las empresas no averiguan bien y se están perdiendo de algunas iniciativas, como lo es la Implementación de Desafíos de Innovación Abierta hecha por la CORFO. Además, al no existir una formación, se dificulta identificar los desafíos y poder integrar e implementar soluciones externas”, desarrolla la socia de Trencadis.
Innovación Abierta vs. Design Thinking
Según el estudio PwC’s Innovation Benchmark, el Design Thinking es la segunda metodología de innovación más utilizada en los departamentos de investigación y desarrollo de las compañías. A diferencia de la Innovación Abierta, que su foco está en el problema que experimenta la empresa, en esta estrategia la satisfacción del cliente es la parte fundamental del proceso de creación.
“En cuanto a la aplicación de ambas estrategias, en el Design Thinking se potencia el desarrollo de ideas y prototipos, mientras que en la Innovación Abierta, es fundamental la combinación de talentos y conocimientos. Ésta permite encontrar soluciones de valor exitosas que podrían requerir más tiempo y recursos al crearlas internamente sin un proceso colaborativo”, desarrolla Sepúlveda.
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