Durante los primeros años de vida el organismo lo produce en cantidad elevada, pero a partir de los 20 años, cuando prácticamente se ha terminado el proceso de crecimiento, disminuye su producción.
El colágeno en forma de suplemento (tabletas o polvos) es cada vez más popular entre las personas que cuidan su estilo de vida y se ha convertido en el nutriente más consumido en los últimos años. Se dice que trae muchos beneficios a los huesos, las articulaciones y a la piel, pero ¿qué tan ciertas son estas teorías?, ¿no será puro marketing? La médica nutrióloga Silvia Alejandro de Franco explica que el colágeno es una proteína abundante, presente en todos los tejidos animales, en especial en la piel y huesos. Es el pegamento que une las células de articulaciones, tendones y ligamentos.
Durante los primeros años de vida el organismo lo produce en cantidad elevada, pero a partir de los 20 años, cuando prácticamente se ha terminado el proceso de crecimiento, disminuye su producción. “Se estima que se pierde 1% de colágeno anualmente, por lo tanto de los 35 a 40 años ya se produce un promedio de 50% de colágeno; cuyas consecuencias son envejecimiento y reducción de la elasticidad de los tejidos”, dice Alejandro.
La nutricionista Sussy Corral agrega que la suplementación en cápsulas, líquido o en polvo sí es recomendable, sobre todo en quienes practican algún deporte o presentan flacidez. “Existen 28 tipos de colágenos, cada uno con una función distinta, pero los más recomendados para piel, cabello, uñas y articulaciones son del tipo 1 y tipo 2, de tipo hidrolizados, que tienen una mayor biodisponibilidad”, dijo. Concluyó que suplementar con colágeno es necesario a partir de los 35 años, pero siempre guiado por un médico o nutricionista que determine la cantidad requerida. Sin embargo, para el médico reumatólogo Carlos Ríos Acosta no hay ningún estudio científico que soporte el beneficio del colágeno en gente joven ni en la prevención de enfermedades reumáticas, artritis, artrosis ni osteoporosis.
Alimentos
Los alimentos que estimulan la producción del colágeno de forma natural son: carnes rojas y blancas, gelatina, pescado, kiwis, pimientos, leche de soya y queso.