El informe analiza las tendencias de la innovación social y examina los casos Socialab (Chile) y Compartamos con Colombia (Colombia).
El Instituto de Innovación Social de Esade y el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), miembro del Grupo BID, presentarán el informe La innovación social en América Latina, el 26 de febrero en la sede de la escuela de negocios en Barcelona, en el marco de la VIII Jornada Anual del Instituto de Innovación Social.
El informe analiza las tendencias a escala internacional del desarrollo de proyectos innovadores que tienen un fin social en Latinoamérica y presenta un mapa de los principales actores del ecosistema. Dos estudios presentan casos inspiradores de innovación social en la región, que han contado con el apoyo del FOMIN: Socialab(Chile) y Compartamos con Colombia (Colombia).
Socialab es la plataforma de innovación abierta más extendida en Latinoamérica. En solo 4 años ha proporcionado más de US$ 1,5 millones de dólares de capital a emprendedores sociales y ha logrado incidir en la vida de más de 500.000 personas, detectando problemas y ofreciendo soluciones mediante concursos de innovación abierta. Estos han logrado identificar y apoyar a emprendedores sociales cuyos proyectos son capaces de generar un cambio siguiendo modelos de negocio sostenibles y extensibles.
Compartamos con Colombia cumple un rol esencial como bróker de la innovación social en la región, articulando las relaciones entre distintos sectores y promoviendo iniciativas multistakeholder. Es una entidad sin ánimo de lucro y multiempresarial, creada en 2001 en Bogotá, que ofrece asesoramiento profesional al sector social, consultoría en RSE y sostenibilidad al sector privado.
Un equipo del Instituto de Innovación Social de Esade, liderado por David Murillo y Heloise Buckland, fue el encargado de realizar el trabajo de investigación y consultoría, con el impulso del FOMIN, con el fin de generar una base conceptual y un análisis práctico a partir de los cuales proyectar el desarrollo de proyectos de innovación social en América Latina.
“Los emprendedores y los innovadores sociales están transformando el panorama del desarrollo social en la región aportando nuevas ideas y ampliando las fronteras de las intervenciones en materia de inclusión social,” señala César Buenadicha, especialista sénior del FOMIN. “La articulación público-privada y social es clave para ampliar el impacto de las intervenciones en innovación social, al generar un diálogo entre los innovadores y emprendedores sociales, por un lado, y el sector público y privado, por otro, los cuales son esenciales para escalar los modelos.”
“A escala global, estamos viviendo una época emocionante, en que se están creando muy rápidamente nuevas reglas de producción, consumo y copropiedad, que impulsan una transición hacia una economía más colaborativa. Además, en estos nuevos mercados emerge un perfil de inversor interesado en un doble impacto, a la vez social y económico, y este momentum ha empezado a generar, en algunos países, políticas públicas para crear unas condiciones favorables al desarrollo de la innovación social”, observa Heloise Buckland, investigadora del Instituto de Innovación Social de Esade.
Sobre el informe La innovación social en América Latina
Este primer documento presenta una guía introductoria al debate académico sobre el sentido, el alcance y las formas de medición de la innovación social, en el marco de América Latina. Asimismo, ofrece un mapa del ecosistema de la innovación social (promoción, financiación, incubación y desarrollo del sector) que permite visualizar los principales actores implicados en la región.
“En países como Chile, Brasil y Colombia, se escucha hablar de la innovación social hoy en día como del desarrollo sostenible en los años noventa o de la RSE en los 2000. Se está contagiando entre los inversores, los gobiernos, las empresas y los emprendedores una gran pasión por resolver los problemas sociales a través de la innovación y la colaboración. Hay mucha actividad en este campo y muchísimo entusiasmo en torno al concepto, pero también mucha confusión”, señala Heloise Buckland. El estudio propone definir y analizar los proyectos de innovación social sobre la base de cinco variables: (1) el impacto social, (2) la sostenibilidad económica, (3) el tipo de innovación, (4) la colaboración intersectorial y (5) la capacidad que tiene la innovación de aumentar de escala y/o ser replicada.