A través de su literatura no ha dejado de abordar temáticas complejas para la situación cubana, aspecto que le valió una rápida consideración de la crítica internacional.
Considerado como el escritor cubano de mayor proyección internacional, aunque cuenta con nacionalidad española desde 2011, el escritor nacido en La Habana Leonardo Padura fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015.
Exponente clásico del género policial, Padura estudió Literatura Latinoamericana en la Universidad de la Habana y comenzó su carrera como periodista en 1980. A través de su literatura no ha dejado de abordar temáticas complejas o polémicas para la situación cubana, aspecto que le valió una rápida consideración de la crítica internacional.
"Aprendí de Hammett, Chandler, Vázquez Montalbán y Sciascia que es posible una novela policial con un nexo real en torno al ambiente del país, que denuncie o toque realidades concretas y no sólo imaginarias", explicó alguna vez el autor.
El jurado destacó que Padura señaló que Padura "es un indagador de lo culto y lo popular; un intelectual independiente, de firme temperamento ético", resaltando que la literatura del autor cubano "recorre todos los géneros de la prosa, destacando un recurso que caracteriza su voluntad literaria: el interés por escuchar las voces populares y las historias perdidas de los otros".
El autor ha obtenido una lkarga lista d eimportantes premios, entre los que destacan el Premio Nacional de Literatura en Cuba, Premio Hammett de la Semana Negra de Gijón y la Orden de las Artes y las Letras de Francia. A ello se suman distinciones en Alemania, Austria e Italia.
De acuerdo a versiones periodísticas, Padura se ha mostrado "muy contento y conmovido con esta distinción, porque se trata de uno de los más importantes del mundo". Sostuvo que lo toma como un reconocimiento "a todo el sacrificio e incertidumbres de su trabajo literario".
Padura ha trabajado como guionista, periodista y crítico, además de desarrollar una serie de novelas en las que puso como personaje principal al detective Mario Conde. Entre ellas destacan “Pasado perfecto”, “Vientos de cuaresma”, “Máscaras”, “Paisaje de otoño”, “Adiós, Hemingway”, “La neblina del ayer”, “La cola de la serpiente” y "Herejes", la que se publicó el año 2013.
Otra novela destacada es “El hombre que amaba a los perros”, una reconstrucción de las vidas de Trotsky y Ramón Mercader que obtuvo una muy buena recepción de crítica y público.
El autor se convierte en el segundo cubano galardonado a título individual en los 36 años de historia del premio entregado por la Fundación Princesa de Asturias: en 1993 otorgó el de los Deportes al atleta isleño Javier Sotomayor, mientras que en el año 2000 la Academia Cubana de la Lenguas obtuvo, junto al resto de academias hispánicas, el Premio de la Concordia.