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Escritores latinoamericanos diseccionan el género fantástico de la región
Jueves, Mayo 8, 2014 - 10:25

"La imaginación al poder: qué está pasando con el género fantástico en Latinoamérica", una mesa redonda que se desarrolló anoche en la Feria del Libro de Buenos Aires, puso al descubierto la necesidad de algunos autores de ampliar la narración con elementos visuales y las nuevas tecnologías para salir así de la tiranía unívoca de la escritura.

"En el último tiempo, los escritores, al menos los argentinos, han perdido un cierto pudor que existía con la literatura fantástica o de ciencia ficción ¿les parece que las nuevas tecnologías pueden producir en este género una nueva circulación?", preguntó el escritor Oliverio Coelho, coordinador de la charla "La imaginación al poder: qué está pasando con el género fantástico en Latinoamérica", mesa redonda que se desarrolló anoche en la Feria del Libro de Buenos Aires. 

Para el chileno Jorge Baradit, "la narración es algo que se cuenta de muchas maneras, nunca me sentí cómodo con un relato que tuviera dos tapas, ni tampoco hablando de literatura, de escritura, sí me considero un narrador, algo que se puede ubicar en varios formatos".

Y puso como ejemplo un cuento que se transformó en una novela gráfica, "Policía del karma", dibujada por Martín Cáceres, en el que despliega los hechos protagonizados por una policía distópica que persigue a personas por crímenes cometidos en vidas anteriores. "Esta experiencia requería de la utilización de diferentes plataformas, de múltiples recursos para enriquecer la narración: uno podía tener un book trailer, una canción, un videito, una página web", dijo Baradit.

El relato se fue ampliando con los lectores que por Internet se podían reclutar -fan fiction-, "dejaban sus datos y a través de las redes, les informaban a cada uno en qué criminal del pasado se habían convertido; y se añadieron cortos semanales de un programa ficticio `Reportaje del Misterio`, con un color creado por Muñoz para lograr una atmósfera especial, entre otros efectos", repasó el autor.

"Todos estos recortes dispersos eran complemetarios, el objeto de la gran construcción era la novela gráfica; la idea era que cada objeto se convirtiera en una molécula que tuviera una información que la volviera indispensable", indicó el escritor, convencido de lo que se gana al expandir el relato con otros medios.

Para Diego Muñoz, también chileno, ingeniero y autor de microrrelatos, "algo que invade la literatura es la tecnología, permite llevar la biblioteca a cuestas, una posibilidad muy interesante de difusión".

"Cuando comencé con un blog, me sorprendió que los lectores eran jóvenes, con el tiempo me di cuenta que era importante tener una ilustración, entonces comencé un diálogo e incorporé a mis textos algunos comics", apuntó.

Muñoz consideró que "la literatura fantástica está trabajando mucho con los mitos y que éstos se mezclan con el mundo tecnológico actual; los nuevos soportes interaccionan con lo gráfico, con los comics, un fenómeno importante porque tiene que ver con el futuro, es una nueva puerta de entrada a la literatura".

Según el boliviano Edmundo Paz Soldán, que emergió con fuerza en los años 90, "todos somos en el fondo escritores transgenéricos, aunque soy más convencional que mis colegas, lo máximo que puedo hacer es a través de Twitter o de Facebook para mi novela `Iris` necesitaba una región remota, hostil que tenía sus propias coordenadas, necesitaba una concepción visual". Se refiere a su última obra, situada en un lugar tenebroso, violento: "No lo encontraba en mi memoria y tuve que acudir a la imaginación y me ayudó el comic, la novela gráfica de Moebius con Arzach -esa serie de cuatro historietas fantásticas- en la que no había ni una sola palabra, escenas de un silencio total al revés del Eternauta donde las palabras se escapan de los cuadritos".

Además, Paz Soldán mencionó dos películas de Andrei Tarkovsky, "Solaris" y "Stalker-La Zona" ("entrelíneas cuenta algo premonitorio de lo que fue Chernobyl", deslizó), un clima de desasosiego, una atmósfera que fue un punto de partida, "`Iris` no es tan desértico, sino más tropical, pero si están las ruinas", describió.

"Un escritor canadiense, William Gibson, tiene la frase -remarcó-: `El futuro ya ha llegado solo que no está distribuido de una manera pareja`, el avance tecnológico puede conducir a la reaparición del tribalismo o el fundamentalismo, porque nuestros prejuicios no se han modernizado, forman parte de nuestra cosa atávica".

Por su parte, el argentino Roque Larraquy que se mueve entre el diseño audivisual y la literatura, opinó que es un momento "de hibridación de géneros y soportes, esa inclusión dentro de la literatura con imagen y sonido hacen ampliar la experiencia de lectura y reubicar la especificidad del relato".

También seducido por "Moebius" da clases sobre literatura e imagen, es autor del "Informe sobre ectoplasma animal" que ilustró Diego Ontivero, en el que la ficción científica se mezcla con el género fantástico, así como de la novela "comemadre". "Informe...", señala Larraquy, "es un intento por vincular el diseño gráfico y la literatura que me interesaba poner sobre la misma arena, para ver si iban a chocar".

"Algunos me preguntaban si no tenía temor de que la ilustración pudiera acotar el sentido del texto, pero me parece que opera de forma distinta -más allá de las relaciones- amplía la experiencia de la lectura en un sentido primario, me interesaba que algo del texto gravitara y ampliara la mirada", subrayó.

A lo largo del diálogo, en una sala donde no entraba nadie más, los escritores desgranaron distintos aspectos del género, sobre la noción de futuro ("el futuro esta aquí"), la confrontación con el realismo ("un maniquí que extirpa los fenómenos que molestan"), las tecnologías ("nosotros ya no somos los mismos sin celulares o mails"), entre otros temas imposibles de agostar en una noche.

Autores

Télam