Según expertos reunidos en el XXXII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Fertilidad, la preservación de la fertilidad y la prevención de enfermedades genéticas cambiarán por completo el modelo reproductivo en los próximos años.
Los últimos datos del Registro Nacional de Actividad de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) muestran en 2015 nacieron un total de 36.318 bebés gracias a las técnicas de reproducción asistida realizadas en España. De ese total, alrededor de 29.366 lo hicieron en este país.
Eso supone un 7% de los nacimientos nacionales si tenemos en cuenta la cifra del Instituto Nacional de Estadística (INE) de recién nacidos vivos en ese año: 420.290. Además, este registro, elaborado conjuntamente con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, anunció un incremento del 9% en tratamientos de reproducción asistida respecto a 2014.
“España se sitúa, con estas cifras, a la cabeza europea de la reproducción asistida y en tercera posición mundial, solo después de EE UU y Japón”, ha declarado en rueda de prensa Juan Antonio García Velasco, presidente del Comité Organizador del Congreso de la SEF, que este año reúne a 1.200 profesionales de toda España que compartirán las últimas investigaciones sobre fertilidad y reproducción humana.
García Velasco ha querido recalcar durante la rueda de prensa la importancia de la investigación en materia de reproducción en España, donde se llevan a cabo más de 166.000 tratamientos de fertilidad al año, de los cuales 127.809 son ciclos de reproducción asistida.
“En los últimos 40 años hemos conseguido avances con los que en 1978, cuando nació el primer niño por fecundación in vitro, no podíamos soñar”, ha aclarado el también director de la clínica IVI Madrid. “Lo que somos capaces de hacer hoy era ciencia ficción hace 15 años. Y la evolución es tan rápida que no sabemos lo que podremos hacer en otros 15 años”.
Por su parte, Agustín Ballesteros, presidente de la Sociedad Española de Fertilidad, ha confirmado que en la próxima década se prevé un aumento en el número de tratamientos, y no solo a pacientes con problemas reproductivos: “Cada vez los procedimientos son más simples, se van a abaratar los costes y habrá menos embarazos múltiples. Las técnicas se van a universalizar”.
Los límites de la preservación de la fertilidad
Ambos expertos han dejado claro que la finalidad de la reproducción asistida es que de un tratamiento nazca un único bebé sano, no tener hijos cuánto más tarde mejor. “Tener hijos a los 60 años se puede, pero no está bien. La sobrecarga cardíaca, pulmonar, renal o las complicaciones de la gestación (desprendimientos de placenta, preclampsia, hipertensión) se disparan de forma exponencial”, ha explicado a Sinc García Velasco.
El especialista ha subrayado que en tres generaciones se ha retrasado mucho la fertilidad, pero nuestros ovarios no. “Las personas hoy en día parecen mucho más jóvenes de lo que son, pero el cuerpo por dentro posee los mismos ovarios que tenían nuestras abuelas”.
Con respecto a las nuevas líneas de investigación, García Velasco vaticina que quizás en un futuro será posible tener hijos con ovocitos derivados de la piel, o incluso una gestación extracorpórea
Ballesteros ha incidido en que hay que tener en cuenta que el objetivo “no es solo tener un niño único y sano, sino que eso tiene que ir acompañado de una madre sana. No vale todo para tener un hijo sano. Y eso debemos tenerlo en cuenta”.
Por el momento no existe regulación al respecto pero entre los especialistas hay un acuerdo tácito de que a partir de los 50 años no deberían realizarse estas técnicas. El problema es que la necesidad de estos tratamientos es cada vez mayor porque, al posponer la maternidad, hay más patologías en las mujeres.
“Debería haber alguna recomendación que establezca que, a partir de una determinada edad, no se podría tratar una paciente no porque no se pueda, sino porque va en contra de la propia salud de la mujer”, ha expuesto García Velasco.
El futuro de la reproducción a debate
Para los expertos, el porvenir de la reproducción pasa por acabar con las todavía abultadas tasas de embarazo múltiple –que se sitúan en un 19% en tratamientos con óvulos propios según las cifras de 2015– y que suponen un riesgo tanto para la madre como para su descendencia, y hacer de la medicina reproductiva un aliada en la planificación familiar, tanto en materia de fertilidad como en materia genética.
Si bien es cierto que las tasas de embarazo múltiple descendieron un 5% entre 2010 y 2015, todavía se sitúa en un valor muy por encima de lo deseado por la comunidad científica. La selección embrionaria está avanzando muy rápidamente para mejorar este dato y para que la transferencia del mejor embrión tenga como consecuencia el parto de un recién nacido vivo sano.
“No tiene sentido transferir más de dos embriones. De hecho, ahora estamos en condiciones de transferir un único embrión con unas expectativas más que razonables. Una transferencia doble no significa mayor tasa de embarazo”, ha añadido Ballesteros. “En los próximos años vamos a ver un descenso de los embarazos gemelares”.
Con respecto a las nuevas líneas de investigación, García Velasco vaticina que quizás en un futuro será posible tener hijos con ovocitos derivados de la piel, o incluso una gestación extracorpórea: “Ya hay trabajos animales en ovejas que han llegado hasta la semana 25 de gestación. Igual en unos años es una realidad”.
Frente a la edad, prevención
La tasa de fecundidad de España (1,2 hijos por mujer) es la más baja de toda Europa junto con la de Italia. Según los últimos datos del Registro SEF 2015, en los que la edad media de la paciente se situó en 37 años, el 47% de los ciclos de fecundación in vitro (FIV) con ovocitos propios se realizó a pacientes de entre 35 y 39 años. Y el 67% de las FIV con donación de óvulos fueron tratamientos de pacientes mayores de 40 años.
“Aunque lo ideal es no aplazar tanto la maternidad, poco se puede hacer cuando la sociedad ya ha tomado una decisión a este respecto y no existe un desarrollo de políticas sociales por parte de la Administración”, ha subrayado Ballesteros.
La preservación de la fertilidad se plantea como un tratamiento de prevención que permitirá reducir en el futuro problemas reproductivos complejos y la necesidad de recurrir a la donación de óvulos. Además, la congelación de óvulos ha despuntado en el último registro con un incremento del 27% respecto al año anterior (2014-2015).
Pero la caducidad de la fertilidad no es solo una cuestión femenina. “Son muchos los estudios que avalan los problemas neonatales en la descendencia de varones añosos. De ahí la necesidad de preservar cuanto antes nuestra fertilidad, además de que en varones es algo muy sencillo”, ha recordado Ballesteros.