Un estudio de las universidades de las Islas Baleares y de Zaragoza ha analizado las diferencias de género en la prevalencia de los trastornos mentales en atención primaria durante la crisis en el país. La explicación estaría relacionada con los diferentes roles y posiciones sociales que han asumido ambos sexos.
SINC. Todos los países europeos se han visto afectados por la reciente crisis económica y España ha sido uno de los más perjudicados. Numerosos estudios han tratado de determinar las consecuencias de las crisis económicas sobre la salud mental de los ciudadanos y todos ellos coinciden en la conclusión final: la salud mental se ve negativamente afectada durante los periodos de precariedad económica. No obstante, existe poca evidencia en el impacto de la crisis sobre la salud mental diferenciando entre hombres y mujeres.
Un equipo de investigadores de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) y de la Universidad de Zaragoza ha estudiado las diferencias de género en la prevalencia de los trastornos mentales en atención primaria durante la recesión económica en España. El estudio se ha publicado recientemente en la revista Psicothema.
Para ello, en la primera fase del estudio, 1.925 médicos de atención primaria de 17 comunidades autónomas reclutaron 7.940 participantes entre enero del 2006 y enero del 2007. En la segunda fase, 1.300 se reclutaron 5.876 participantes entre febrero de 2010 y abril de 2011.
Los participantes fueron encuestados para recoger datos sociodemográficos y socioeconómicos y complementaron la entrevista Primary Care Evaluation of Mental Disorders. Este instrumento diagnóstico, que evalúa cinco grupos de trastorno mental (estado de ánimo, ansiedad, síntomas somatomorfos, trastornos relacionados con el uso y/o abuso de alcohol y trastornos de la conducta alimentaria) fue desarrollado y validado para ser utilizado en atención primaria.
Los resultados del estudio indican que la crisis económica afecta de manera diferente a la salud de los hombres y las mujeres atendidos en las consultas de atención primaria de España.
Además, sugieren que la prevalencia de los trastornos mentales, excepto para el trastorno relacionado con el abuso/dependencia del alcohol y bulimia nerviosa, aumenta significativamente durante la recesión económica en ambos sexos, pero el aumento es mayor en hombres que en mujeres para el diagnóstico de trastorno depresivo mayor (aumento de un 155,7% en hombres y un 104,9% en mujeres en 2010 respecto al 2006), el trastorno de ansiedad generalizada (aumento de un 98,9% en hombres y un 71,3% en mujeres), y el trastorno multisomatomorfo no especificado (aumento de un 100,05% en hombres y un 37% en mujeres).
Desempleo
El papel del desempleo también se estudió y fue significativo en todos los análisis llevados a cabo, considerándose un predictor significativo en determinados trastornos mentales, especialmente en el caso de los hombres. De hecho, es importante puntualizar el papel del desempleo como variable de confusión en la relación entre la pérdida de ingresos y la prevalencia de trastornos mentales específicos.
El desempleo en hombres tiene el mismo incremento del efecto en los síntomas depresivos que la crisis económica. Los datos del estudio también indican que la pérdida del empleo afecta en la prevalencia del trastorno de ansiedad generalizada en hombres más que la crisis económica.
En conclusión, el estudio apoya la evidencia previa de que la crisis económica está más fuertemente relacionada con el empeoramiento de la salud mental de los hombres en comparación a la salud mental de las mujeres.
La explicación que sugieren los investigadores para esta diferencia de género en el impacto de la crisis económica sobre la salud mental estaría relacionada con los diferentes roles y posiciones sociales que han asumido hombres y mujeres. Así, el mayor impacto que tiene el desempleo sobre la salud mental de los hombres se explicaría por el hecho que, en sociedades como la española, la identidad de género masculina ha estado tradicionalmente ligada al hecho de disponer de un trabajo.
No obstante, los autores señalan que aún es necesario ampliar más la investigación sobre el tema y realizar una tercera fase (en proceso actualmente) del estudio para obtener más información sobre las consecuencias a medio y largo plazo de la crisis económica sobre la salud mental en hombres y mujeres.