Susan Schneider dijo en un programa de TV en Estados Unidos que el actor no sólo padecía de Parkinson.
“Buenas noches, mi amor”. Esas fueron las últimas palabras que el actor Robin Williams le comentó a su esposa Susan Schneider antes de suicidarse, la noche del 10 de agosto del año 2014.
La frase se la dijo mientras Schneider se quedaba dormida y Williams se desplazaba fuera de la pieza con su iPad en la mano. "Parecía que tenía algo que hacer y pensé que eso era bueno y que estaba mejorando. Lo cierto es que esa frase fue su última despedida", explicó la mujer en un programa televisivo estadounidense.
Schneider precisó que el actor no sólo padecía Parkinson, sino que también sufría demencia de cuerpos de Lewy (DCL), dolencia neurodegenerativa relacionada con el Alzhéimer y que afecta al funcionamiento normal del cerebro.
La esposa del destacado actor que tenía 63 años y había protagonizado películas como "La sociedad de los poetas muertos" (1989), "Pescador de ilusiones" (1991) y "Mrs. Doubtfire" (1993), señaló que los primeros síntomas comenzó a vivirlos el año 2013.
En mayo de ese mismo año se le diagnosticó un principio de Parkinson, pero no fue hasta después de la autopsia que se supo el tema de la demencia. “Con suerte habría vivido tres años más. Habrían sido muy complicados y, seguramente, tendría que haber sido recluido”, explicó Schneider.
Las personas que la padecen muestran una creciente pérdida de memoria, además de síntomas psicóticos, pérdida del habla y ciertas facultades psicomotrices y rigidez muscular, entre otros.
“Había momentos en los que estaba completamente lúcido, pero cinco minutos más tarde comenzaba a decir incoherencias", explicó la esposa del actor. Dijo también que el mes antes de suicidarse, sintió todo el peso de lo que se le venía encima.
Precisó que la depresión era sólo uno de los tantos síntomas que estaba padeciendo y que no era el peor. "No le guardo rencor, fue muy valiente. Respeto su decisión, la tomó como un acto de amor propio y hacia los suyos", subrayó.