El primer paciente intervenido con esta técnica presenta una recuperación total de la función nasal al año de la operación.
Un equipo de cirujanos e investigadores del Hospital Clínic, con la colaboración del Ohio State University-Wexner Medical Center de EEUU, ha ofrecido una solución efectiva a los casos complejos de reconstrucción total del tabique nasal. El equipo, liderado por Isam Alobid, autor de esta técnica innovadora, lo forman Alfonso Santamaría, Cristóbal Langdon, Mauricio López-Chacón, Arturo Cordero, Joaquim Enseñat, Ricardo Carrau y Manuel Bernal-Sprekelsen.
El primer paciente intervenido con esta técnica presenta una recuperación total de la función nasal al año de la operación. Entre el 0,9% y el 2,5% de la población presenta perforación del septo nasal. La causa más frecuente es por complicaciones tras la cirugía nasal, pero también puede deberse a traumatismos, infecciones, inflamaciones, tumores, radioterapia, así como a la inhalación de sustancias tóxicas como la cocaína.
Cuando la perforación septal afecta la calidad de vida del paciente se plantea su cierre mediante cirugía, pero hasta ahora ninguna técnica descrita permitía una reparación completa en los casos de perforación total.
Cuando la perforación afecta la calidad de vida del paciente se plantea su cierre, pero hasta ahora ninguna técnica permitía una reparación completa
El nuevo procedimiento se inspira en la utilización del colgajo pericraneal (tejido fibroso vascularizado que rodea el cráneo) en la reconstrucción de la base del cráneo –tras la resección (extracción) de grandes tumores–. El equipo quirúrgico ha dado un paso más allá en la aplicación de esta técnica, utilizando el colgajo pericraneal para una reconstrucción septal total.
En qué consiste la intervención
La cirugía comienza con una incisión sobre el cuero cabelludo, tras la cual se disecan las diferentes capas de tejido hasta identificar la más profunda, que rodea el cráneo (colgajo pericraneal). Este colgajo se separa del cráneo y se pliega sobre sí mismo. Posteriormente, se practica una apertura en el hueso frontal en forma de “ranura de hucha”, y se introduce el colgajo pericraneal por esta ranura hacia la cavidad nasal.
Por último, el colgajo es extendido sobre la perforación, cubriéndola completamente, formando un nuevo tabique nasal. Todo el procedimiento endonasal es controlado con un endoscopio que se introduce por la nariz. La recuperación postoperatoria es rápida, sin complicaciones, sin dolor y con minimas cicatrices, ya que la incisión queda disimulada por el cabello.
“La reconstrucción total del tabique nasal es factible con esta nueva técnica”, declara Alobid. “Y los buenos resultados obtenidos en la primera intervención, con la recuperación total de la función nasal y una mejora sustancial en la calidad de vida del paciente, la convierten en el procedimiento a utilizar para el cierre de perforaciones septales muy complejas”, concluye.