Es una situación en la que una persona ejerce una violencia psicológica extrema, de forma sistemática y recurrente durante un tiempo prolongado sobre otra persona en el lugar del trabajo.
El acoso psicológico en el ámbito laboral, también conocido como Mobbing, actualmente está teniendo mayor relevancia, desde la aprobación del protocolo de vigilancia de riesgos psicosociales en el trabajo y tras su obligatoriedad de aplicación desde 2017.
Se trata de un problema que puede causar tanto trastornos físicos como la aparición de distintos problemas psicológicos de intensidad variable.
“El Mobbing es un problema que urge abordar ya que se calcula que una persona pasa hasta un tercio de su vida en su puesto de trabajo y, por tanto, hay que tratar de garantizar que las condiciones del mismo sean lo más favorables”, manifiesta Emilio Fernández, socio y fundador de la consultora Smart Change.
El experto explica que las distintas definiciones de Mobbing que han propuesto hasta ahora diferentes y reconocidos autores en el mundo tienen en común los siguientes puntos:
- La situación se produce de forma intencionada por parte del agresor o los agresores
- El objetivo del acoso es minar la moral de la víctima, destrozarla psicológicamente para lograr finalmente que abandone la organización o que quede recluida y aislada en ella
- El hecho que las conductas de acoso son emitidas de forma sistemática, constante y repetitiva durante un periodo prolongado en el tiempo.
No obstante, Fernández aclara que es fundamental no confundir el Mobbing con cualquiera de las siguientes situaciones:
- Estrés: aparece cuando una situación supera las capacidades del trabajador y puede tener en quien lo sufre consecuencias similares a las de una situación de acoso laboral ya que, de hecho, el Mobbing compone en sí mismo una situación estresante.
- Conflictos puntuales: se refiere a la situación en la que dos o más partes se hallan en desacuerdo. No es infrecuente que algo que empieza como un conflicto termine desembocando en una situación de acoso laboral si se resuelve de manera inadecuada.
- Agresión esporádica: la diferencia con el acoso laboral es, precisamente, el hecho de que sea esporádica, no premeditada y no repetida; sin embargo, si la agresión se repite con el objetivo de descalificar a la víctima se pasaría a hablar de una situación de acoso.
- Acoso sexual: se refiere a conductas de carácter sexual no deseadas por parte de la persona acosada ya que la ofende, humilla, etc. El acoso sexual se considera un delito, pero no se considera acoso moral, aunque puede conducir a ello.
- Condiciones precarias de trabajo: pueden ser puntuales o intencionadas, en el caso de que haya intención se estaría ante un agresor tratando de minar a una persona.
- Coacción profesional: no se considera acoso laboral si se da por responder a las exigencias del contrato, pero sí se considera como tal si se produce como castigo por parte del agresor.
Consecuencias
Según el ejecutivo, el Mobbing no se produce en distintos niveles y es muy importante ser consciente de ellas, debido a que aportan una interesante perspectiva general de la gravedad real de esta problemática:
Para la víctima:
- Nivel psíquico: La mayoría de las víctimas presentan ansiedad, depresión, irritabilidad y una sintomatología similar a la del Burnout (ya que el acoso laboral no deja de ser un estresor extremo mantenido en el tiempo) y al Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT), como recuerdos dolorosos del evento traumático o evitación de situaciones que recuerden a la experiencia. Aparecen sentimientos de culpa y de desvalorización personal, una disminución de la autoestima y de la creatividad; además se vuelven más desconfiados y hostiles. Además, el Mobbing también tiene como consecuencia problemas de atención y memoria.
- Nivel físico: aumentan las manifestaciones somáticas y las consultas médicas debido a ello; suelen aparecer dolores de cabeza, de espalda, problemas gastrointestinales y alteraciones del apetito, así como trastornos sexuales y del sueño.
- Nivel social: la víctima de Mobbing tiende a aislarse o a mostrarse agresiva ante cualquier interacción social; por último, no conviene olvidar que el acoso laboral también tiene consecuencias negativas en el perfil profesional de la víctima y en su empleabilidad ya que, debido a las consecuencias a nivel físico y psicológico, alternan periodos laboralmente activos con bajas de duración variable; esto unido a las consecuencias de tipo psicológico, como la disminución del rendimiento, hace que les resulte más complicado encontrar un nuevo trabajo.
Para la organización: Aumentan el ausentismo y la rotación, aumento del número de bajas (tanto justificadas como injustificadas), descenso de la puntualidad, así como de la productividad y de la calidad de la atención al cliente en los casos en que el puesto lo requiere. Además, la disminución del rendimiento y la eficacia de los trabajadores puede tener consecuencias económicas para la organización o afectar a la imagen de la empresa.
Para el núcleo familiar y social y para la comunidad: en el entorno social influirá el tener a una persona afectada; aparecerán problemas familiares, tensiones, conflictividad e incluso abandono de los vínculos familiares y sociales; el acoso laboral puede tener consecuencias incluso mayores para la comunidad. Por ejemplo, en lo que se refiere al aumento de gastos de la Seguridad Social, del paro o de jubilaciones anticipadas.