Pese a su popularidad, se trata de una enfermedad que se sigue diagnosticando tarde, a juicio de los expertos.
El Alzheimer nos toca a muchos de cerca por desgracia. Casi 50 millones de personas en el mundo lo padecen, por lo que representa junto con el cáncer, uno de los grandes retos de la Medicina actual, teniendo en cuenta, además, que las cifras pueden multiplicarse a lo largo de este siglo. Pese a su popularidad, se trata de una enfermedad que se sigue diagnosticando tarde, a juicio de los expertos.
Se trata de una enfermedad cerebral que, por lo que sabemos hoy en día, de ella se desconocen completamente sus causas. Sí se sabe que las personas que la padecen presentan el depósito inadecuado de una proteína anómala (beta-amieloide) que es tóxica para las neuronas, y que va produciendo una serie de fallos en el funcionamiento neuronal. Este depósito se produce, además, unos años antes de que aparezcan los primeros síntomas de la enfermedad.
"El Alzheimer se caracteriza por una pérdida progresiva de memoria y de otras funciones intelectuales de la persona, de manera que quien la padece termina en un estado de dependencia completa de los demás", según explica en una entrevista con Infosalus el vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), el doctor Manuel Martín Carrasco, quien añade que esta enfermedad es progresiva, empieza en determinadas zonas del cerebro, y se extiende a otras a lo largo de varios años.
"Ahora no hay un tratamiento que pueda detener esa progresión. Eso sí, lo que se puede hacer es mucho, y fundamentalmente intentar que, durante todo el proceso, éste vaya lo más lento posible, porque sus repercusiones pueden afectar a la larga en la calidad de vida de la persona que lo padece, y por tanto, en quienes le rodean", valora el experto.
Con motivo de la publicación de su libro 'El Alzhéimer. Guía para entender y convivir con la enfermedad' (Amat Editorial), el también profesor asociado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra determina que son comunes en los enfermos de Alzheimer las alteraciones del sueño y del lenguaje (tendencia a la repetición), dificultades de orientación y déficit en la capacidad de juicio e introspección.
Las alteraciones en el comportamiento es otro de los rasgos de la enfermedad, según aclara el psiquiatra, así como los trastornos psiquiátricos que pueden aparecer asociados al mismo, como la depresión, o los trastornos de tipo psicótico, seguidos de ideas delirantes y a veces también alucinaciones junto con cuadros de agitación, y que pueden condicionar una sobrecarga para los cuidadores, a juicio del experto.
"El Alzheimer no tiene cura actual pero sí tratamiento. Hay diferencias notables entre los casos bien atendidos y los que no lo están: la calidad de vida del afectado, así como la del cuidador. Se trata de un tratamiento complejo que involucra la intervención de varios especialistas médicos y de otros profesionales, como psicólogos o trabajadores sociales", remarca el doctor Martín Carrasco.
Según aclara, la fase final del Alzheimer es una demencia que se caracteriza por un deterioro global y permanente del funcionamiento cognitivo de la persona. "Hay muchas enfermedades que pueden dar lugar a una demencia, pero la más frecuente es el Alzheimer", puntualiza el vicepresidente de la SEP.
En este punto, el actual director de la clínica psiquiátrica Padre Menni de Pamplona asegura que hay dos formas de Alzheimer:
- Por un lado, las genéticamente determinadas, mutaciones que provocan estos acúmulos de proteína tóxica en el cerebro. Son personas que lo desarrollan de una forma más rápida, y en un porcentaje mayor de casos.
- Pero la mayor parte de las personas que podemos desarrollarlo lo hacemos de una forma que se llama 'esporádica', donde intervienen una serie de factores de riesgo, factores de tipo cerebrovascular, como la hipertensión, la hipercolesterolemia, las diabetes, la obesidad, y los estilos de vida sedentarios.
"Corrigiendo estos factores parece que podría disminuirse de manera notable esta predisposición a padecer la enfermedad", matiza el vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría.
Qué pasará con el Alzheimer
En cuanto a las perspectivas de futuro de esta enfermedad, el doctor Martín Carrasco parte de la idea de que el Alzheimer se ha revelado como una enfermedad "mucho más difícil de tratar adecuadamente" de lo que se había pensado hace 20 años, donde hubo un periodo de optimismo al descubrirse estas formas genéticas que pueden causar la enfermedad, y se desarrollaron modelos transgénicos en animales y aparecieron los primeros tratamientos que tuvieron cierta eficacia, y se pensaba que la cura estaba cerca.
"Pero con el paso del tiempo se ha visto cantidad notable de tratamientos que han fallado y con lo cual estamos en un momento donde se están cuestionando hasta los mismos modelos teóricos, la hipótesis del depósito tóxico de la proteína beta-amieloide, si éste es el origen valido de la enfermedad o no", valora el psiquiatra.
Con ello, se está generando una diversificación en las líneas de investigación, y se están estudiando nuevas sustancias para la disminución de los marcadores inflamatorios a nivel cerebral; así como los depósitos de proteína TAU, que forma los tubos de las neuronas, entre otros.
Esta preocupación por las consecuencias personales y sociales del Alzheimer ha promovido que en los últimos 30 años una intensa investigación, obteniendo progresos "muy relevantes", si bien no puede afirmarse con rotundidad, en opinión del experto, que vaya a encontrarse un remedio en un plazo corto de tiempo, tipo 5 años.
Según destaca, uno de los avances cruciales ha sido el descubrimiento de los biomarcadores de la enfermedad, una sustancia o característica que puede medirse de forma objetiva y que indica el funcionamiento normal del organismo o bien la presencia de una enfermedad y la respuesta a la terapia.
"También se está trabajando en como diagnosticar antes la enfermedad, por lo que actualmente hay una investigación más diversificada sobre el Alzheimer que, quién sabe cuándo, podrá abrirnos las puertas a una solución frente a esta enfermedad", sentencia el doctor Manuel Martín Carrasco.