En un estudio de la Carnegie Mellon University, los científicos han sido capaces de crear un algoritmo que detecta la tendencia tras analizar el cerebro.
El programa de inteligencia artificial que han creado en la Carnegie Mellon University, en Pittsburgh, es capaz de identificar a personas que tienen tendencias suicidas. En un paper publicado en Nature Human Behavior se explica en qué ha consistido el estudio.
En el trabajo han colaborado 34 personas, la mitad de las cuales habían tenido pensamientos relacionados con el suicidio. El algoritmo, a través de un entrenamiento, comprobó cómo variaban los escáneres cerebrales de las personas al plantearles ciertas palabras. Se presentaban términos relacionados con el suicidio, como 'muerte', así como palabras que se asocian con emociones positivas y negativas.
Una vez determinado cómo eran los escáneres cerebrales de personas con tendencias suicidas probadas, el algoritmo se centró en las 34 personas del grupo. Fue capaz de adivinar correctamente que 15 de 17 pacientes tenían este tipo de pensamientos. Tuvo también bastante acierto al determinar que 16 de 17 personas no tenían este problema.
Así, mediante estas herramientas de inteligencia artificial es posible adquirir un conocimiento más profundo sobre el cerebro en estos casos. En un futuro se podría esperar que este tipo de programas puedan ayudar en el diagnóstico e incluso en el tratamiento.
La inteligencia artificial en la medicina
El futuro de la inteligencia artificial en el campo de la medicina se presenta prometedor. Hace unos años la supercomputadora de IBM, Watson, sorprendía con la noticia de que se prestaba a luchar contra el cáncer. De hecho, la compañía ha llegado a acuerdos con hospitales para emplearla en el diagnóstico de la enfermedad, no solo en el terreno de la investigación.
Esto solo era una muestra ya madura de lo que la computación cognitiva podía hacer. Al final, los términos inteligencia artificial, computación cognitiva, análisis predictivo y otros similares se dan codazos entre sí. Se ponga el calificativo que se ponga. lo cierto es que este tipo de tecnología, capaz de examinar datos, mezclarlos e interpretarlos con acierto tiene múltiples aplicaciones médicas.
Investigadores de la Universidad de Stanford crearon un algoritmo capaz de diagnosticar el cáncer de piel. Y, en sus pruebas, se dieron cuenta de que este software de deep learning obtenía la precisión de un dermatólogo. El programa tenía un acierto de un 91% en comparación con el de los mejores dermatólogos.
En otros terrenos la inteligencia artificial busca adelantarse incluso al diagnóstico y entrar en el terreno de la predicción. Se trata de un terreno pantanoso para la medicina actual. Pues hay múltiples factores que evaluar, y realizar un vaticinio sobre una enfermedad, delimitando el tiempo, es complejo.
En un trabajo de científicos de la Universidad de Nottingham, el sistema examinó los historiales de 378.256 pacientes. Rebuscó entre esta información patrones relacionados con incidentes cardiovasculares. Y, una vez estudiado el material, al algoritmo se le introdujeron casos de pacientes. Fue capaz de acertar si aquellas personas tendrían un infarto en los próximos diez años hasta en un 76,4%. El método empleado por los médicos tiene una exactitud del 72,8%.