Eduardo Vargas apunta a la creación de restaurantes especializados en comida latina, mediterránea y asiática.
Apostando a la innovación, el chef peruano Eduardo Vargas triunfa en China a través de sus restaurantes y de una incubadora empresarial que ayuda a emprendedores de diversas nacionalidades a lanzarse al mercado gastronómico chino con garantías de éxito.
"La cocina no tiene pasaporte y por eso apuesto a impulsar la apertura de restaurantes especializados en comida latina, mediterránea y asiática", subraya Vargas, denominado por algunos amigos como "El Rey Midas de la Gastronomía".
Desde su llegada a China en 2002, hace 16 años, el cocinero peruano ha montado o ayudado a montar en Shanghai y Beijing un total de 27 restaurantes bajo diferentes conceptos, como comida peruana, latinoamericana, mediterránea, asiática, y otras fusiones gastronómicas capaces de deleitar a los paladares chinos más exigentes.
"La mayoría de estos restaurantes siguen vigentes, otros cerraron porque se abrieron por un periodo de duración de como máximo cinco años. La idea es innovar y apostar a nuevos locales de alquiler, teniendo en cuenta que el precio de las rentas varía mucho", comenta a Xinhua.
China tenía menos de 120.000 restaurantes hace 40 años, época en que se inició la política de reforma y apertura del país asiático y esa cifra ascendió a ocho millones al cierre de 2017, según un informe de la Asociación de la Cocina de China.
"La gastronomía en China es un mundo con muchas oportunidades para la gente creativa y aquí hay un enorme potencial para desarrollar negocios de este tipo", explica Vargas, quien originalmente estudió Administración de Empresas, pero tras ser seducido por la gastronomía peruana, decidió cursar cocina en Toronto.
Luego, su empeño y curiosidad lo motivaron a trasladarse a Hawai, Hong Kong de China y Singapur, lugares donde se convirtió en un reconocido chef.
Después de 12 años de experiencias y viajes por distintas ciudades del mundo, este talentuoso peruano encontró en Shanghai la chance de su vida. "Mi destino era China, aquí se me abrieron muchas oportunidades", resalta.
Para este peruano emprendedor, el panorama de los restaurantes en China es mucho mejor que cuando empezó porque hoy en día existe un mayor campo de acción y nuevos nichos de mercado, pues cada vez hay más ciudadanos que quieren probar comidas sofisticadas y de alta calidad.
Su éxito fue progresivo y tan rotundo que, en el 2006, ganó el premio Mejor Chef de la Ciudad de Shanghai, otorgado por la revista "That's Shanghai", a través de la votación de sus lectores. Además, sus restaurantes han recibido diversos galardones en el gigante asiático.
Vargas, también admirador del chef Gastón Acurio, un emblema de la gastronomía peruana, asegura que el camino no ha sido fácil, pero con un plan de metas y perseverancia se pueden cumplir objetivos. "Eso es algo que he aprendido de China", enfatiza.
Recuerda que luego de mucho esfuerzo y perseverancia, en 2003 abrió el restaurante Azul Tapas Lounge con la idea de ofrecer lo mejor de la gastronomía peruana, latinoamericana y mediterránea. Aquel concepto fue tan exitoso que en la actualidad el restaurante es uno de los más concurridos de Shanghai.
Otro de sus locales estrellas se llama Colca. Allí brilla la variedad de la gastronomía de Perú. Ceviche, causa, lomo saltado, anticuchos, y papas rellenas son algunos de los platos típicos que encandilan a sus clientes.
La vasta experiencia de Vargas lo ha llevado no sólo a establecer un plan de negocios, organizar el menú, contratar buenos cocineros o ejecutar promociones efectivas sino también a dar asesorías para la apertura de restaurantes en el reñido mercado chino.
Explica que a través de la incubadora de empresas, una organización diseñada para acelerar el crecimiento y asegurar el éxito de proyectos gastronómicos a través de una amplia gama de recursos, contribuye a que sus clientes de China, México, España, Italia, Tailandia, Singapur y otros países concreten el sueño de tener un restaurante próspero, con una buena carta de menú, metas, promociones, ubicación, trato al cliente y otras ideas acordes a las nuevas tendencias.
Según Vargas, la gastronomía se ha convertido en la actividad de moda por excelencia y asegura que el crecimiento económico, la liquidez monetaria, el aumento de la clase media y la pasión de los habitantes del gigante asiático por la comida innovadora justifica la explosión gastronómica que se vive.
Entre sus consejos para todos aquellos que quieran abrir un restaurante en China figura establecer un plan de negocios, cocinar con pasión, ser flexible, y no renunciar a las metas planteadas.
"El éxito es un carrusel, lo único que se necesita es ser constante, si por alguna razón algo que hiciste no funcionó, lo arreglas y sigues continuando, el secreto es no renunciar y aprender de los errores", manifiesta.
Además, considera que resulta importante esforzarse para que el comensal recomiende el lugar y le genere ganas de regresar. "Un buen restaurante además de brindar buena comida, debe ofrecer experiencias inolvidables", opina.
A este peruano de 49 años, China le ha dado la oportunidad de dar a conocer más a fondo las raíces y sabores de su tierra, lo cual lo llena de agradecimiento y satisfacción. "Estoy muy orgulloso de ser peruano, y me da mucha alegría que la comida de mi país sea muy acogida en China", concluye.