Algunas de estas personas conservan capacidades cognitivas que pueden detectarse con la electroencefalografía.
Los pacientes con lesión cerebral pueden experimentar una gran variedad de secuelas. Muchos de ellos sufren trastornos de conciencia, como el coma o la muerte encefálica, que les impiden interactuar con el entorno. El problema surge cuando a todas estas personas incapaces de hablar o de moverse se les engloba en un mismo grupo.
“Hay individuos que a pesar de no mostrar ningún signo aparente de consciencia, sí pueden llevar a cabo tareas de imaginería mental (es decir, procesar información que evoca y usa los sentidos). Estas personas sufren disociación motriz cognitiva y hay que diferenciarlas”, declara a Sinc el investigador Nicholas Schiff, experto en neurociencia de la unidad de investigación Weill Cornell Medicine, en Nueva York.
"Este hallazgo destaca la urgencia de identificar a los pacientes que pueden estar ‘atrapados en sus cabezas’ y son tratados como inconscientes", señala Schiff
Schiff forma parte del equipo de investigadores de varios centros estadounidenses que ha desarrollado un nuevo método para evaluar a las personas en estado profundo de inconsciencia y distinguir a los pacientes que, aunque no pueden hablar, mantienen su capacidad cognitiva a pleno rendimiento. La técnica, basada en el uso de la electroencefalografía (EEG), se publica esta semana en la revista Current Biology.
Los investigadores creen que hay que revisar la forma en la que se trata a los pacientes con lesión cerebral grave. "Este hallazgo destaca la urgencia de examinar e identificar a los pacientes que pueden estar ‘atrapados en sus cabezas’ y son tratados como inconscientes", señala Schiff.
"Los resultados subrayan la importancia de que se haga un mayor esfuerzo para mejorar la comunicación con esas personas", añade.
El cerebro responde al habla
La electroencefalografía es una técnica de exploración del sistema nervioso central mediante la cual se obtiene el registro de la actividad eléctrica cerebral en tiempo real.
A través de este método, los expertos analizaron cómo la actividad cerebral aumenta y disminuye con la variación de la presión sonora producida por el habla. Además, calcularon cuánto tarda el cerebro de las personas sanas en responder con actividad eléctrica al estímulo sonoro: alrededor de una décima de segundo.
Según los resultados, el cerebro de los pacientes con daños cerebrales que mantienen sus funciones cognitivas también tarda una décima de segundo en responder a estos estímulos sonoros. Esto sugiere que los mecanismos que procesan el habla funcionan con normalidad.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores compararon la respuesta cerebral de 13 personas sanas con la de 21 pacientes que sufrían distintos tipos de daño cerebral. En la muestra se incluyeron desde personas en estado vegetativo avanzado hasta enfermos con estado mínimo de consciencia.
En la muestra del estudio se incluyeron desde personas en estado vegetativo avanzado hasta enfermos con estado mínimo de consciencia
Al analizar la actividad del cerebro frente al habla, a los participantes sanos les pusieron audios de Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll, mientras que a los pacientes enfermos les hicieron escuchar historias y recuerdos sobre sus vidas antes de la lesión, narrados por los miembros de su familia.
Futuras líneas de investigación
Si bien investigaciones anteriores ya habían logrado identificar a las personas que conservaban su capacidad cognitiva en estado de inconsciencia, para los científicos esta nueva técnica podría ser muy útil y efectiva ya que los pacientes con lesiones cerebrales suelen conservar la audición.
“Al segregar a los pacientes que mantienen la capacidad cognitiva en una categoría separada, podemos ser capaces de afinar los resultados de otras investigaciones en otros contextos”, señala Schiff.
El equipo de expertos planea trabajar en el desarrollo de nuevos métodos para ayudar a los pacientes con altos niveles de función cognitiva a mejorar su capacidad de interactuar con el mundo exterior.