Puedes tener un día excelente o uno terrible dependiendo de cómo reacciones a las situaciones a las que no tienes control.
Existe un principio que asegura que el 10% de lo que te sucede en la vida es totalmente circunstancial y que el restante 90% se debe a cómo reaccionas a ello.
Stephen Covey lo bautizó como El principio 90/10. Puedes tener un día excelente o uno terrible dependiendo de cómo reacciones a las situaciones a las que no tienes control. Si reacciones bajo tus impulsos y tu enojo, las cosas pueden salir muy mal, pero, al contrario, si respondes con calma y sin hacer “tormentas en un vaso de agua”, el resultado puede ser totalmente distinto.
Eso es en la vida diaria. La clave de este método está en el autocontrol, pero cuando hablamos de decisiones trascendentes, que requieren un análisis profundo o, incluso, cuando hablamos de decisiones que inciden directamente en nuestro futuro laboral, podemos aplicar también un método con el que sólo al atender el 10% de una sitiación, podamos tener resuelto el restante 90 por ciento.
En un taller impartido en Unreasonable México por Jorge Peralta, fundador de Idearia Lab, se explica la mejor forma de abordar este método:
Propósito
La vida está hecha de eso. Cuando escoges una carrera que estudiar, debe existir un propósito, cuando ahorras, también debes tener un propósito; de lo contrario, cualquier cosa que emprendas no tendrá los resultados esperados.
Si no tienes un propósito grande, mejor no lo hagas, porque encontrarás muchos obstáculos”, asegura Peralta.
Adelántate a lo que no se sabe
Supongamos que tienes una empresa y quieres incrementar tus ventas. Entonces necesitas entender el comportamiento del cliente.
"Las personas compramos cosas que no queremos por lograr las que queremos”
Jorge Peralta explica esto con un ejemplo más que común: una broca. “Nadie despierta un lunes por la mañana pensando que QUIERE o DESEA comprar una broca”. Una broca no es un objeto de deseo. En realidad la broca ni siquiera es el objetivo, sino el medio. “Lo que necesita alguien que compra una broca es un hoyo, pero en las tlapalerías no venden hoyos”.
¿Y para qué toda esta reflexión? Sólo para llegar al punto de que el hoyo es también un medio y no un objeto de deseo. El impulso, el propósito verdadero es colgar un cuadro o un espejo, es decorar una pared, darle vida a un espacio y obtener una satisfacción y una experiencia.
Así que la broca es un ejemplo perfecto de cómo las personas compramos cosas que no queremos por lograr las que sí queremos.
Lo cierto es que también, a veces, no sabemos qué queremos. Un gran ejemplo lo tiene Ford y su primer vehículo, el Model T. Ante tal invención alguna vez él declaró:
"Si hubiera preguntado a la gente qué quería, me habría dicho que caballos más rápidos”.
Y tiene razón. Si quieres sacar un producto disruptivo al mercado, algo “rompedor”, que nadie más lo haya hecho antes, entonces de nada te sirve preguntarle a la gente.
¿Te imaginas si Apple le hubiera preguntado a la gente si querían un teléfono sin teclado físico? Tal vez la historia sería distinta.
Así que de este ejemplo se desprenden 5 conclusiones:
- No siempre sabemos lo que necesitamos
- Ningún plan sobrevive al primer contacto con la realidad
- En un proyecto todas son suposiciones
- Las encuestas no sirven y menos con cosas que no se saben que se necesitan.
- El mundo no nos está esperando, tenemos que sorprenderlo
Atrévete a crear algo totalmente nuevo.
Aprender a separar para entender y después elegir
Los seres humanos vivimos con grandes sesgos. Por ejemplo, pensar que nuestras ideas son las mejores.
Nos enamoramos de nuestras ideas y a veces estas no son tan buenas”, asegura Peralta. “A veces tenemos una idea que parece increíble y después andamos buscando a quién se la podemos vender”.
No confundamos con el ejemplo anterior. Pues cuando hemos comprendido un problema y separamos sus partes, podemos entender qué necesita los otros en realidad, aunque no lo sepan, lo cual es muy distinto a no analizar y tratar de vender algo que no resuelve un problema.
Ford le dio a sus compradores coches accesibles y más potentes que los que ya existían.
Así que Jorge Peralta propone este método para desmenuzar un problema y llegar a una verdadera idea o solución que lo resuelva:
- Problema
- Profundizar el problema
- Definir el reto
- Obtener la solución
- Elaborar pruebas y prototipos
- Implementarlo
Como puedes ver, con este método te enfocas en definir y profundizar en el problema, el cual representa el 10% desde una perspectiva global, el resto serán los éxitos personales, laborales o emprendedores que obtengas luego de haberte dedicado a analizar con profundidad ese 10 por ciento.
Así que hay que replantearnos la forma en que creamos proyectos para así encontrar cuál es el dolor que le vamos a resolver a los demás (o a ti mismo).
