Investigadores de la Universidad de Sao Paulo en Brasil lograron separar las proteínas del virus a las del dengue, ambas enfermedades portadas por el mismo mosquito.
Investigadores brasileños descubrieron un nuevo método para identificar con más precisión el virus zika en el cuerpo humano, lo que facilitará el trabajo de los médicos y autoridades sanitarias del país para entender los riesgos que comporta la enfermedad, transmitida por el mosquito Aedes aegypti.
El descubrimiento lo hicieron científicos de la Universidad de Sao Paulo, que lograron separar las proteínas del zika y las del dengue.
"Hasta hoy, el mayor problema para llegar a este tipo de prueba era la gran similitud entre las proteínas del virus zika y las del dengue. Era muy difícil separar una de la otra", explicó el investigador del Instituto de Ciencias Biomédicas de la USP Edison Luiz Duringon.
El equipo de científicos logró identificar un trozo de una de las moléculas virales, la NS1 (proteína no estructural 1), que es distinta de un virus para el otro. Gracias a la elección de esta molécula, el test tiene tanta especificidad como una sensibilidad del 92%. En las pruebas anteriores, la especificidad era del 75 por ciento.
Esto significa que el nuevo examen difícilmente produce falsos positivos (es decir, no identifica la presencia de otro virus como si fuera el zika) y falsos negativos (no confunde el zika como si fuera el otro causador de enfermedades).
El trabajo fue patentado y la licencia para la producción comercial la compró una empresa del estado de Sao Paulo. Las autoridades sanitarias brasileñas ya aprobaron la comercialización de los kits, con 96 pruebas cada uno, y cuyo coste es de alrededor de 30 reales (unos 7 dólares).
Para ser autorizado por las autoridades sanitarias, la prueba fue validada con más de 3.000 mujeres, al ser el principal destino de la nueva tecnología, ya que los efectos más graves del zika hasta ahora son la microcefalia que provoca en los fetos de mujeres infectadas cuando están embarazadas.
Los investigadores indican que el zika destruye las células que dan origen a las neuronas durante el embarazo de la madre, lo que explica los problemas neurológicos en los bebés.
"Si una embarazada llega a un ambulatorio con síntomas que parecen los del zika y hace la prueba, un resultado negativo ya sería suficiente para dejarla menos preocupada", dijo Duringon.
Con la nueva tecnología, la tendencia es que los especialistas pasen a entender mejor la dinámica de dispersión del zika entre la población. Las primeras hipótesis indican que la llegada de la enfermedad al país infectó a miles de personas, que teóricamente quedaron inmunes al virus. "Esto puede incluso ayudar a decidir si vale la pena invertir en una nueva vacuna", agregó Duringon.
El zika es transmitido por mosquitos y tiene un riesgo superior al de enfermedades parecidas como el dengue, la fiebre amarilla o el chikunguña, al provocar complicaciones neurológicas como la microcefalia o el síndrome de Guillain Barré a las personas infectadas.
Brasil vivió una epidemia del virus zika a partir de 2015, lo que obligó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a la Organización Panamericana de Salud (Opas) a decretar una alerta mundial sobre la epidemia.
Se calcula que al menos 3.112 niños y niñas nacieron en Brasil con microcefalia entre 2015 y 2018, mayoritariamente en la región del noreste.