Todos sabemos que las películas de terror son de mentira, pero todas las reacciones que tenemos cuando las vemos son muy reales. Los cambios que sufrimos cuando vemos una cinta de este género han llamado la atención de los científicos.

 

Por ello se creó una ciencia denominada neutocinema, la cual se encarga de estudiar los efectos que tiene el cerebro cuando ve una película o escena de terror.

 

Cuando empezamos a ver un film, desactivamos las zonas motoras del cerebro, no obstante, cuando una escena nos impacta, tendemos a reaccionar de inmediato para protegernos o avisar a los demás que están en peligro.

 

Estas reacciones ocurren en milisegundos, lo que no le da tiempo al cerebro para que entienda que en realidad estamos viendo una película y que estamos a salvo. En algunos casos pocos comunes, algunas personas tienden a sufrir estrés postraumático cuando ven una cinta de terror, ya que se siente una identificación con el personaje.

 

Es por ese motivo que en los filmes de suspenso no dan la oportunidad para conocer perfectamente al personaje, así le permite al espectador ponerse en su lugar.

 

Otros cambios que experimenta el cuerpo cuando vemos una película de este género son:

 

El corazón se desboca: una investigación aseguró que cuando se ve una cinta de terror genera un aumento de 14 pulsasiones por minutos en el ritmo cardíaco. También se aumenta los leucocitos que circulan por la sangre, y se presenta una mayor concentración de hematocritos. Lo que quiere decir es que el cuerpo reacciona como si estuviera ante un agente agresor.

 

Excesiva sudoración: la Universidad de Wollongong realizó un estudio el cual demostró que cuando se ven películas de suspenso las personas empáticas sudan mucho más de lo normal.

 

Los músculos se tensan: un grupo de científicos de la Universidad de Ámsterdam explicó la música de este tipo de cintas causan una respuesta simultánea entre el cuerpo y la mente, lo que genera una concentración de los músculos de los brazos y las piernas.

Mujer.bo/ La Razón