Si ya la decisión de bajar de peso es compleja y larga de tomar, para qué decir aquella de identificar los alimentos a los que le se les debe hacer una equis al momento de tomar la decisión de bajar de peso.

 

Lo único bueno: la lista es corta. Lo malo, es que concentra lo mejor de lo malo…

 

                                    

 

Aunque contenga ingredientes naturales y por eso pase como la menos mala entre las comidas chatarra, la pizza forma parte de este listado. 

Principalmente por su masa tradicional gruesa y calórica, se trata de un alimento extremadamente adictivo. Hay que tratar de reservarla para ciertas ocasiones.

Una variante correcta son las pizzas artesanales, que pueden ser saludables, con una masa más fina y con ingredientes más frescos.

 

 

 

Si bien su consumo se dispara en el verano, lo cierto es que cada vez más se está convirtiendo en un alimento “contracícilico”: se sigue consumiendo en invierno. El principal matiz negativo del helado es que es poco saciante y muy calórico. Con ambos antecedentes, la verdad es que se trata de una trampa exquisita para adelgazar.

 

¿Qué hacer? Un camino fácil es consumir helados reducidos en calorías o hechos en casa; el más difícil: el camino de la moderación y tomar poco helado.

 

 

 

Con este alimento se da una situación un poco histérica: si se come regularmente, es adictivo. Pero también porque es adictivo, es que se come regularmente. Y siendo así, siempre se querrá comer más y más.

 

 

 

 

Con este tipo de alimentos líquidos hay que tener una clara premisa general: todas aquellas bebidas gaseosas que hagan sentirse hinchado debieran ser eliminadas del consumo. Como tienen alto contenido de azúcar hay muchas calorías que claramente no se queman, por lo que se convierten en grasa.

 

Una opción menos  mala son las versiones light, pero los expertos dicen que la mejor opción es NO TOMAR este tipo de líquidos.  

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