Los más notorios se relacionan con el aumento de los niveles de ansiedad, agotamiento, incertidumbre y miedo.
Quienes trabajan desde casa muchas veces pueden estar ansiosos, sentir mayor cansancio e irritarse fácilmente. Además, es probable que experimenten una baja de productividad luego de un tiempo. Se trata de los efectos negativos del teletrabajo.
Antes de la pandemia, la estructura, metodología y disciplina necesarias para trabajar era entregada por la jornada laboral, el espacio físico y la jefatura. Pero al estar teletrabajando, se debe ser capaz de autoadministrar su propio tiempo.
"Si la persona quiere trabajar 8, 10 o 12 horas de manera continua, se vuelve más ansiosa y comienzan a surgir en ella emociones como la rabia, intolerancia, etc. Cuando no se tienen las habilidades socio digitales requeridas para el teletrabajo como, por ejemplo, el uso de herramientas tecnológicas, la capacidad de planificación, concentración o focalización es altamente probable que la persona baje su productividad o calidad de su trabajo”, sostiene Luciano Flores, gerente de Consultoría y Capacitación de HumanNet.
Actitud y autocuidado
El profesional de HumanNet aclara que lo anterior dependerá mucho de la actitud con que cada individuo enfrenta la crisis del COVID-19 y todo lo que ello conlleva. Por ejemplo, "si la actitud con la que abordamos la situación la pusiéramos en un continuo y la incertidumbre la ponemos en un extremo y en el otro lado situamos la confianza y las extrapolamos, podemos pasar de la incertidumbre al miedo y paralización de un individuo, por una parte, y a un exceso de confianza, conllevando conductas de mayor riesgo y alto nivel de posibilidades de contagio, por otra".
Sin embargo, al acercar ambos extremos a un punto intermedio, podríamos concluir que la actitud correcta para convivir con el actual escenario de pandemia tiene que ver con el autocuidado.
El autocuidado toma elementos del miedo, como emoción básica y válida, lo que permite a una persona protegerse, pero también asume aspectos de la confianza, donde si el teletrabajador cumple con los protocolos sanitarios y se respeta la distancia social, entre otras medidas, se está adoptando un comportamiento adecuado.
Dado que cada individuo tiene su propia percepción sobre lo que está sucediendo, lo importante para llevar una adecuada convivencia es entender, y no tanto cuestionar, las distintas visiones que se tienen en relación al confinamiento, pandemia y teletrabajo. Para esto es importante tener una buena comunicación, siendo clave la empatía y entender por qué el otro piensa, siente y se comporta como lo hace, sin cuestionarlo. El segundo gran elemento es el compromiso con lo que se ha acordado y cumplirlo.
Consejos
Debido a que el teletrabajo fue algo impuesto y no planificado, es importante considerar ciertas recomendaciones para manejar de mejor manera los efectos que aquello puede generar.
Es conveniente tomar conciencia y regular las expectativas de lo que se puede lograr en estas circunstancias. Es importante que haya rutinas, pausas para alimentarse adecuadamente y para la distracción, de ocio o descanso. También hay que definir el tipo de actividad física que se puede hacer según la condición, preferencias y capacidad.
Además, hay que ponerse de acuerdo con la familia, respetando roles y funciones asociadas a cada miembro del grupo. Hay que distribuirse las tareas y mantener una comunicación permanente. Lo ideal es que todos los integrantes se vean comprometidos y tengan responsabilidades.
A nivel organizacional, desde el lado de los jefes, es bueno que ellos entreguen certezas a los colaboradores respecto al futuro de la compañía, el tiempo se trabajará desde casa, etc. También es conveniente que el jefe pueda contener emocionalmente a sus trabajadores a través de la capacidad de escucha, con rutinas y actividades.