En muchos países industrializados, el porcentaje de cesáreas aumentó extremadamente en los últimos 20 años.
¿Cuáles son los riesgos para un niño nacido por cesárea?
Un estudio realizado por la caja alemana de seguros de salud Barmer ha demostrado que muy pocas mujeres optan por una cesárea con el argumento de que ese parto sea más fácil de planificar y se ajuste mejor a las necesidades personales. La mayoría lo hace porque está preocupada por su hijo: quieren ahorrarle al bebé el estrés del parto natural.
Sin embargo, las contracciones y el proceso de parto son beneficiosos para el recién nacido, ya que lo ayudan a que su metabolismo se adapte a la vida fuera del vientre materno. En el útero, los pulmones del bebé están llenos de agua. Este líquido solo puede ser expulsado durante el parto, y así se activa la respiración pulmonar. La cesárea impide ese proceso gradual, ya que prácticamente sorprende al niño y, hasta cierto punto, lo asusta. Es por eso que los bebés a menudo tienen problemas después de una cesárea y necesitan respiración artificial, y a veces deben pasar a la unidad de cuidados intensivos. A largo plazo, el riesgo de asma, diabetes, alergias y otras enfermedades autoinmunes aumenta en los niños nacidos por cesárea.
¿Cuáles son los riesgos de una cesárea para la madre?
Actualmente, una cesárea planificada, en el caso de un primer parto, por lo general ya no presenta problemas en países con un sistema de salud eficiente. Las dificultades se dan, la mayoría de las veces, después de la cesárea, por ejemplo, debido a un desplazamiento peligroso de la placenta, la "placenta previa", ya que no hay que olvidar que es una intervención quirúrgica. Además, a menudo se producen hemorragias, trombosis y lesiones en el útero. Con cada nueva cesárea, el parto se vuelve más peligroso para la madre. Esto es especialmente problemático en países donde hay una alta tasa de nacimientos por mujer.
Además, a algunas mujeres les resulta más difícil quedar embarazadas luego de una cesárea, ya que a causa de la cicatriz se producen adherencias en el tejido cicatricial, que afectan tanto al útero como a los músculos abdominales. La reducción de la fertilidad en las mujeres tras una cesárea alcanza cerca del 17%.
Asimismo, a pesar de que un embarazo transcurra con normalidad, si antes se ha sufrido un parto quirúrgico, pueden aparecer algunas dificultades. La cicatriz se puede abrir si el segundo parto es natural, debido al esfuerzo que este implica, pero esto no sucede muy a menudo: si ya pasaron dos años desde la cesárea, el riesgo de apertura de la cicatriz es de menos del 1%.
Partos cada vez más acelerados
A las mujeres se les deja hoy en día mucho menos tiempo para dar a luz que en el pasado. Muchas veces sin una buena razón, se les coloca un goteo para provocar de inmediato las contracciones no bien llegan al hospital. Si el cuello uterino no se abre al menos un centímetro por hora, muchos obstetras se ponen nerviosos, y se acelera el nacimiento. Además, en Alemania, por ejemplo, el número de parteras ha disminuido drásticamente. Justamente ese tipo de atención personalizada, que brinda a la mujer una sensación de seguridad durante el parto, es cada vez más raro. La OMS también ha reconocido esta tendencia y está recomendando menos intervenciones y una mejor atención en sus nuevas normas sobre partos.
¿Las clínicas obtienen beneficios financieros con las cesáreas?
En la mayoría de los países, las cesáreas cuestan más que los partos naturales.También en Alemania, un médico puede facturar alrededor de 1.000 euros más por una cesárea que por un parto natural. Pero la intervención también le cuesta más al hospital. Así que, al final, no rinde mayores beneficios. La ventaja es que las cesáreas son más fáciles de planificar y, por lo tanto, más eficientes. Este es un factor importante para la gestión de un hospital, sobre todo, si quiere obtener ganancias. Debido a que la obstetricia en Alemania en general es mal pagada, y las clínicas ganan muy poco con ella, casi la mitad de todos los centros de maternidad en Alemania han sido cerrados desde la década de 1990. Esta tendencia continúa a pesar de las crecientes tasas de natalidad.
¿En qué países se realizan más cesáreas?
En la mayoría de los países de Europa, Asia y América, uno de cuatro niños nace por cesárea. En Alemania, uno de cada tres, y en Brasil, uno de cada dos. Por el contrario, el porcentaje de cesáreas es extremadamente bajo en muchos países del África subsahariana. Donde menos cesáreas se realizan es en Níger, Chad, Etiopía, Burkina Faso y Madagascar. En esos países, menos del 2% de todos los partos son cesáreas.
¿Qué porcentaje de cesáreas es "bueno"?
La OMS recomienda una tasa de cesáreas de un 10 a un 15%. En promedio, esto corresponde al número de nacimientos en los que hay complicaciones que una cesárea puede resolver. Una intervención puede, en esos casos, salvar vidas. Un estudio de la OMS comparó cómo nacen los bebés en 137 países y demostró que solo 14 de los países encuestados cumplen con las pautas de la OMS. Algunos de ellos son Ucrania, Namibia, Guatemala y Arabia Saudita. En todos los otros países, se recurre con demasiada frecuencia al bisturí, por ejemplo, en Alemania, Egipto, Turquía y EE. UU., o, por el contrario, muy raramente. Lo dramático es que hay menos cesáreas en los países con más nacimientos. Esto se debe principalmente a la falta de recursos. Los países con las tasas más bajas de cesáreas también se encuentran entre los países más pobres del mundo.