Se trata de las conclusiones del Tercer Informe Mundial sobre Inversores Religiosos.

Los inversores religiosos, que en términos económicos son el tercer mayor grupo inversor en las bolsas mundiales, pueden registrar un alto nivel de beneficios y mantenerse fieles a sus creencias religiosas. 

Este es el mensaje del Tercer Informe Mundial sobre Inversores Religiosos, el único informe de su especialidad, elaborado por tres investigadores: Daniel Arenas, del Instituto de Innovación Social de ESADE; Katinka C. van Cranenburgh, del Grupo Internacional Interreligioso de Inversión (3iG), y Céline Louche, de la Audencia Nantes School of Management.

Aunque numerosos inversores religiosos siguen creyendo que combinar la fe con las finanzas hace caer en picado el retorno de la inversión, el Informe de 2014 refuta esta afirmación. Según el equipo investigador de este informe, la cuestión real no es tanto saber elegir entre el beneficio económico y la fe, sino más bien saber encontrar el equilibrio adecuado entre ambos aspectos, que es lo que ha de presidir todas las acciones de los inversores religiosos.

El informe subraya el perfil de los inversores religiosos que respetan este equilibrio y que, en consecuencia, pueden ejercer una mayor influencia en la ética de la empresa:

- Los principios de su fe pueden actuar de hoja de ruta a la hora de determinar sus preferencias de inversión.

- Por naturaleza, estos inversores tienen una visión a largo plazo que resulta clave para la noción de inversión responsable.

- Pueden solicitar el apoyo de lo que, con frecuencia, constituye una comunidad mundial.

- Tienen establecidas unas redes que brindan la oportunidad de trabajar juntos en las acciones de los stakeholders y así incrementar su impacto.

Si bien hay bastantes organizaciones religiosas que invierten responsablemente y llevan a cabo su papel de activistas-accionistas para promover el cambio, este tipo de perfil está lejos de ser mayoritario.

Lo que esta minoría exhibe son unos patrones de inversión que otras organizaciones religiosas harían bien en seguir. El Informe muestra que el envejecimiento de la población y otros cambios demográficos entre los creyentes hacen que la inversión financiera se presente como una nueva herramienta que tienen los grupos religiosos para difundir sus mensajes, como la integridad, la justicia y el respeto por el planeta.