La investigación la realizó la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW, siglas en inglés). Estudio echa abajo la creencia de que las embarazadas necesitan 'comer por dos'
Un nuevo estudio realizado en una universidad de Australia echa al suelo la vieja creencia de que las mujeres embarazadas 'deben comer por dos'.
Las embarazadas conservan energía adicional y extraen más calorías de los alimentos sin tener que ingerir más, eso contradice la creencia de que las gestantes deben comer por dos, asegura el estudio australiano.
"Estos hallazgos sugieren la necesidad de hacer una nueva evaluación a los consejos nutricionales que se dan a las mujeres embarazadas", dijo el líder de esta investigación, Tony O'Sullivan, de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW, siglas en inglés).
El experto también remarcó la necesidad de tener una dieta equilibrada y recomendó evaluar las recomendaciones que se dan a las madres gestantes para que ingieran alimentos energéticos, según un comunicado de la UNSW, citado en la agencia EFE.
En la investigación se analizó el aumento de peso, la energía utilizada (metabolismo) y la ingesta de alimentos de 26 mujeres embarazadas mediante el uso de sensores móviles sofisticados.
Estas mujeres ganaron una media de 10.8 kilogramos de peso durante su embarazo, siete de los cuales era masa grasa que se acumuló principalmente entre el primer y el segundo trimestre.
La acumulación de grasa ocurrió sin que ingirieran más alimentos de lo habitual, a pesar de que su demanda de energía diaria aumentó en un 8%.
Esto sugiere que en las mujeres embarazadas se producen cambios dramáticos en su metabolismo que les permiten conservar la energía adicional como grasa y extraer más calorías de los alimentos.
Los depósitos de grasas son de gran importancia durante el embarazo porque ayudan al abastecimiento de energía para el crecimiento del feto y durante la lactancia, especialmente en las primeras seis semanas después del alumbramiento.
Un exceso de peso durante el embarazo puede traer complicaciones como la diabetes, la preeclampsia y una mayor predisposición a enfermedades cardíacas en el bebé, según el estudio.