Pasar al contenido principal

ES / EN

¿Eufórico por una dieta muy baja en carbohidratos? Tu cuerpo te está drogando
Viernes, Junio 23, 2017 - 10:00

Sin glucosa para quemar, el organismo produce una sustancia similar al gamma-hidroxibutirato, GBH, que –en su forma sintética– se utiliza como droga recreativa ilegal.

Que lo dijeran no pocos místicos y ermitaños pareció en ese entonces de lo más normal. Se unieron a ellos, siglos después, algunos de los que ayunaban por causas justas luchando contra regímenes crueles y despóticos. Y, claro, pensaron muchos, estos últimos también tenían algo de santos. Pero la cosa no se detuvo allí. Hace poco comenzaron a declamarlo algunas estrellas de cualquier cosa y celebridades de nada. O sea, de internet. La fama deschaveta un poco, de modo que también se les pasó por alto, pero ahora han comenzado a exponerlo ejecutivos, deportistas de fin de semana y hasta desempleados obesos en plan de adelgazar: una dieta estrictísima, casi sin carbohidratos los lleva a sentirse eufóricos, con la mente clara como nunca antes y de verdad sin apetito. Igual que si estuvieran tomando una droga.

Pues bien. Tienen razón. Es verdad que están más despiertos y llenos de energía que nunca, también que la comida no les importa ni fu ni fa. Pero, igualmente, es verdad lo segundo: están tomando una droga. Una que fabrica su cuerpo.

Al parecer, dietas muy bajas en carbohidratos imitan en parte los efectos de la GHB (gamma hidroxibutirato), sustancia que se usa como droga recreativa y es más conocida como fantasía, éxtasis líquido o grievous bodily harm. Pese a uno de sus nombres no tiene que ver con el éxtasis (MMDA) y comparte la apelación por uno de sus efectos en dosis bajas, potenciar la cercanía emocional y cierta percepción sensual.

Para entender el por qué de este parecido tenemos que ver cómo el cuerpo procesa una dieta muy baja en carbohidratos, que normalmente los limita a no más de 50 gramos al día. Eso equivale a una taza de arroz, dos rebanadas de pan o, aproximadamente, el 10% de las necesidades energéticas diarias totales.

El cuerpo siente que está muriendo de hambre

Una dieta muy baja en carbohidratos genera un cambio metabólico: se pasa de quemar más carbohidratos que grasas, a quemar más grasa que carbohidratos. Esto generalmente toma unos días en un proceso conocido como cetosis o ketosis.

Durante este tiempo, el cuerpo piensa que está muriendo de hambre. Por ello, una vez que usa la mayor parte de sus reservas de glucosa (carbohidratos), el cuerpo pasa a estimular la descomposición de la grasa almacenada bajo la forma de ácidos grasos y los libera en la sangre.

Cuando los ácidos grasos alcanzan el hígado se convierten en acetoacetato, un excelente combustible metabólico que pertenece a una familia de productos químicos llamados cetonas o ketonas. Es por eso que las dietas muy bajas en carbohidratos se llaman a veces dietas "cetogénicas" o “ketogénicas”.

Sucede que el acetoacetato se descompone en dióxido de carbono y acetona, el solvente maloliente más conocido por su capacidad para eliminar el esmalte de uñas. Esta es la razón por la cual quienes hacen dietas muy bajas en carbohidratos o ayunan, a menudo tienen un aliento que huele dulce.

Un hígado sano reduce al mínimo la acetona perdida vía los pulmones convirtiendo la mayor parte del acetoacetato que produce en una sustancia más estable llamada beta-hidroxibutirato o BHB. Y de aquí es de donde pueden surgir esos sentimientos eufóricos.

EL BHB es casi idéntico al GHB, el neurotransmisor de origen natural, el ya citado gamma-hidroxibutirato, que –en su forma sintética– se utiliza como un fármaco recreativo.

BHB y GHB tienen exactamente la misma fórmula química. Ambos consisten en sólo 15 átomos, con una única diferencia: la posición de un átomo de hidrógeno y oxígeno. No es demasiado sorprendente, por lo tanto, que las dos moléculas compartan el mismo portador a través de la barrera hematoencefálica, el tejido impermeable que protege el cerebro.

Durante la cetosis, el BHB puede alcanzar niveles altos en el cerebro, donde puede unirse a los mismos receptores reductores de la ansiedad como ocurre con el GHB. Lo hacen con la suficiente afinidad para que puedan tener efectos similares.

Hay que aclarar que no hay reportes de suplementos de BHB o dietas bajas en carbohidratos que provoquen los efectos adversos de dosis altas de GHB, como pérdida de conciencia, convulsiones e, incluso, muerte. Por lo tanto, aparte del nombre que suena similar, ¿qué evidencia hay que BHB producido por el hígado por personas con una dieta muy baja en carbohidratos tiene efectos eufórizantes como los que causa el GHB en el cerebro?

Ayunando para obtener un “vuelo” natural

El primer caso de euforia directamente atribuido a cetosis fue reportado por Walter Bloom, un pionero en los ayunos terapéuticos para la obesidad en los años cincuenta. Después de varios días sin comer, sus pacientes perdieron el apetito, se sintieron notablemente bien, y experimentaron una intoxicación leve: "No disímiles a los efectos del etanol", describió.

Bloom especuló que el acetoacetato había causado aquel júbilo inexplicable.

Otras personas han observado efectos similares, incluyendo tres médicos escoceses cuyos pacientes ayunaron durante 249 días en los años sesenta. Después de varios días sin comida, sus apetitos disminuyeron y todos los pacientes sintieron una mayor sensación de bienestar que"en algunos ascendía a una franca euforia".

Por desgracia, no se han realizado estudios de la euforia reportados por personas con dietas bajas en carbohidratos, hasta donde sabemos. Debido a ello, los investigadores no saben la causa exacta de estos sentimientos. El acetoacetato, la acetona y el BHB, o cualquiera de sus metabolitos, pueden estar involucrados, así como los efectos de la baja de azúcar en la sangre, que también puede causar euforia y vértigo.

Un buen lugar para empezar podría ser la imagen de la actividad cerebral en personas con una dieta muy baja en carbohidratos y compararla con la actividad de las de personas en una dieta normal, no calórica restringida. El objetivo sería ver si la imagen cerebral de personas con una dieta baja en carbohidratos tiene efectos similares en la actividad cerebral que se observan cuando las personas toman GHB.

De todas formas, par a los que están pensando al leer todo esto en seguir un dieta muy baja en carbohidratos para obtener esas senciones de bienestar, cuidado, los efectos secundarios incluyen la pérdida de calcio de los huesos, el aumento del riesgo de cálculos renales y el retraso del crecimiento. Todo “vuelo” tiene su aterrizaje.

Autores

Andrew Brown/The Conversation/Cluster Salud/Rodrigo Lara Serrano