En Francia y Gran Bretaña se recibió con agrado la propuesta, que busca limitar el tamaño de los bancos y evitar que inviertan en fondos de capital privado, aunque pidieron un consenso global.
París/Londres. Políticos de Francia y Gran Bretaña respaldaron este viernes el plan del presidente estadounidense, Barack Obama, que busca limitar el tamaño y la toma de riesgos de los bancos, lo que remeció a los mercados y podría reescribir el orden financiero mundial.
Obama hizo sus propuestas este jueves, afirmando que estaba preparado para enfrentar la resistencia de los bancos de Wall Street, a los que culpa de ser unos de los causantes de la crisis financiera mundial.
El plan evitaría que los bancos o las instituciones financieras que poseen bancos inviertan, controlen o patrocinen fondos de cobertura o fondos de capital privado.
Esto fijaría un nuevo límite al tamaño de los bancos en relación al sector financiero general y quizás, de manera más dramática, podría prohibir a las instituciones sus propias operaciones de intermediación, no vinculadas a los clientes que sirve.
La ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, recibió con agrado la propuesta, afirmando que era un "muy, muy buen paso adelante".
"Ellos ven que la regulación, que era una palabra tabú que era difícil en los círculos financieros en Estados Unidos, es vital para contener y limitar los excesos bancarios", agregó.
La oposición conservadora británica -que en las encuestas figura como favorita para acceder al poder en la elección prevista para junio- también expresó su respaldo, en abierto contraste con sus parientes republicanos en Estados Unidos.
El portavoz financiero conservador George Osborne dijo que había un consenso internacional emergente respecto a obligar a los bancos a separar sus divisiones minorista y de operaciones propias.
"El presidente Obama ha creado mucho espacio para que el resto del mundo se acerque a lo que yo pienso que será un sistema sensible a las normas internacionales", dijo a la radio BBC.
"He dicho consistentemente que deberíamos mirar una separación de las actividades de banca minorista de las actividades como las operaciones propias de intermediación a gran escala y eso sería mejor a nivel internacional", agregó.
Las dudas se mantienen respecto a si el esquema de Obama será promulgado sin cambios, menos aún después de que su partido perdió un escaño clave en el Senado, que lo priva de la "super mayoría" que tenía en esa cámara.
Pero podría recibir el respaldo popular.
La insistencia de los bancos en pagar enormes bonos a sus ejecutivos ha generado la ira de la ciudadanía y de los medios en Estados Unidos y Europa, luego de que el dinero de los contribuyentes fuera usado para salvar a esas instituciones.
Consenso internacional. Lo que es cierto es que Washington tendrá que conseguir apoyo internacional para sus medidas o se arriesga a que los bancos extranjeros huyan a sus lugares de origen.
Una corriente vendedora se produjo en Wall Street el jueves tras el anuncio de las medidas y la ola se extendió a los mercados de Asia y Europa.
"No puedo decir que estoy convencido de la prudencia de esto", dijo Adam Carr, economista de ICAP. "Una amenaza mayor a la recuperación, y yo creo que todos podemos estar de acuerdo en que existe una creciente perspectiva de sobrerregulación". agregó.
Osborne aludió a los peligros de actuar solos. "No quiero hacer cosas que dañen unilateralmente a la 'City' de Londres, o unilateralmente dañen a los bancos británicos", comentó.
"Si necesitamos nuevas reglas, estas debieran ser acordadas internacionalmente y pienso que la reunión del G-20 en Corea del Sur en unos pocos meses es un buen lugar para tratar y planificar esas reglas", afirmó.
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