Morales, quien puso fin a años de inestabilidad política y gobiernos neoliberales, abrió las puertas del poder a la históricamente relegada mayoría indígena y logró acelerar el crecimiento económico.
La Paz. El presidente de Bolivia, Evo Morales, asumirá apartir del jueves su segundo mandato consecutivo, en el que enfrentaráel desafío de atraer inversiones mientras profundiza su "revolución"indigenista y socialista.
El líder izquierdista -un duro "anti imperialista" como su aliadovenezolano Hugo Chávez y a la vez admirador del pragmático brasileñoLuiz Inácio Lula da Silva- encarará la segunda etapa de su gobierno conun poder político sin precedentes, casi sin oposición.
"El reto (de Morales) es cambiar el discurso duro. Y en economía vaa tener que ser pragmático, porque la falta de inversiones le va atraer días sombríos", dijo el analista Carlos Toranzo.
Morales, quien puso fin a años de inestabilidad política y gobiernosneoliberales, abrió las puertas del poder a la históricamente relegadamayoría indígena y logró acelerar el crecimiento económico pese a lacrisis mundial, para sacar al país del fondo de las estadísticassudamericanas.
Esto explicó en parte su reelección por abrumadora mayoría endiciembre, en unos comicios que le dieron también mayoría calificada dedos tercios en las dos cámaras legislativas, con lo que podría gobernarhasta el 2015 sin el bloqueo que la oposición mantuvo los cuatro añospasados en el Senado.
"Ahora Evo ya no tiene pretextos, ha arrinconado a los opositores.Si no cumple sus promesas no podrá echarle la culpa a la oposición,como pasó en su primer gobierno", dijo Ernesto Yucra, un pequeñocomerciante del centro de La Paz.
Refundación, inversiones. Morales deberá impulsar en los próximos seis meses en la AsambleaLegislativa Plurinacional, nuevo nombre del Congreso, varias leyes pararecomponer los poderes judicial y electoral, con participaciónindígena, y poner en plena vigencia las autonomías.
Estos serán pasos clave de la "refundación" de Bolivia iniciada haceun año con la entrada en vigencia de una nueva Constitución"plurinacional" y socialista, que posibilitó al también líder cocaleroconvertirse en el primer presidente reelecto de inmediato en casi mediosiglo.
Pero si la refundación institucional parece ahora relativamentefácil, el desarrollo económico del país de diez millones de habitantes,la mayoría pobres, seguirá siendo una tarea de grandes dificultades.
"Tenemos el desafío de acelerar el crecimiento, con muchas masinversiones, a partir de nuestro buen manejo macroeconómico de estosaños", dijo la semana pasada Morales, admitiendo la caída de lasinversiones extranjeras en su primer mandato, en parte comoconsecuencia de las nacionalizaciones.
Morales anunció un ambicioso plan de inversión de 11.292 millones dedólares en el próximo quinquenio para aumentar las reservas y lasexportaciones de gas natural a Argentina y Brasil, el principal negocioexterno del país.
Ha prometido también megaproyectos mineros, eléctricos y deinfraestructura, y la industrialización de la mayor reserva mundial delitio, en el salar de Uyuni, confiando en que la estabilidad económicay las reservas récord de 8.700 millones de dólares le permitiránobtener créditos.
Dos posesiones. El presidente boliviano jurará el jueves en las ruinas de la ciudadpre incaica de Tiwanacu, en una ceremonia en la que los pueblosindígenas bolivianos le renovarán su mandato como "Apu Mallku" (GranJefe) originario.
El Gobierno ha dicho que espera que al menos 50.000 personas,incluidas delegaciones extranjeras, llegarán a la altiplánica Tiwanacu,a 70 kilómetros al sudoeste de La Paz.
El viernes, declarado feriado nacional, se realizará la inauguraciónformal del segundo Gobierno de Morales, en el palacio legislativo, conasistencia, entre otros invitados, de los presidentes de Chile, Ecuadory Venezuela, junto con el príncipe heredero de España.
Las celebraciones culminarán en la noche del viernes con un festival folklórico de ingreso libre en La Paz.