El médico tratará de persuadir a un juez de mantener conectado el soporte vital del niño, en un caso que ha provocado un intenso debate mundial sobre la ética médica.
Un médico estadounidense que ofrece un tratamiento experimental a un bebé británico viajará esta semana a Londres para tratar de persuadir a un juez de mantener conectado el soporte vital del niño, en un caso que ha provocado un intenso debate mundial sobre la ética médica.
Los padres de Charlie Gard, que tiene una rara enfermedad genética que provoca debilidad muscular progresiva y daños cerebrales y que no puede respirar sin un ventilador, quieren enviarlo a una terapia experimental en Estados Unidos.
Pero el hospital Great Ormond Street, que trata al menor, dice que Charlie no tiene calidad de vida y que su soporte vital debería ser desconectado. Los tribunales han rechazado dar el permiso que piden los Gard, alegando que prolongaría su sufrimiento sin una perspectiva realista de que le ayude.
El caso ha captado la atención mundial tras intervenciones de Donald Trump, y del papa Francisco, quienes expresaron por Twitter su apoyo al bebé de 11 meses. También ha provocado un acalorado debate sobre quién debe determinar su futuro: el hospital que trata al niño o sus padres.
El médico estadounidense que ofrece el tratamiento, Michio Hirano, profesor de neurología en el Centro Médico de la Universidad de Columbia, llegará a Londres para examinar a Charlie y para conocer a otros expertos implicados en el caso.
Hirano dice que la terapia que está desarrollando podría mejorar la enfermedad de Charlie, quien sufre de una forma de enfermedad mitocondrial. El médico calcula entre 11 y 56% de probabilidades de que la terapia nucleósida mejore su fuerza muscular y que hay una "pequeña pero significativa" oportunidad de que eso ayude también a sus funciones cerebrales.
El Alto Tribunal de Londres, la Corte de Apelaciones y la Corte Suprema apoyaron al hospital, fallo también apoyado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Pero la semana pasada, el caso volvió al Alto Tribunal luego que el hospital pidiera una nueva audiencia para revisar la nueva evidencia del médico.
Hirano dijo que la información de los escáneres sugerían que Charlie tenía desorden cerebral y no daño estructural y que la mejoría en la fuerza muscular permitiría una mejor valoración de su condición cerebral. Las conclusiones se comunicarán al juez Nicholas Francis, quien tendría un fallo final el 25 de julio.