“Nadie en épocas de discursos de unidad puede estar en desacuerdo (...) pero va a ser necesario algo más, un contrato social de todos los argentinos y todas las argentinas”, dijo Cristina Fernández, que en general habló con un tono reflexivo y medido.

La expectativa por cualquier anuncio sobre su participación en la votación de octubre era muy alta antes de su aparición en la Feria del Libro en Buenos Aires para lanzar “Sinceramente”, que se ha convertido en un éxito editorial en poco tiempo.

“Nadie en épocas de discursos de unidad puede estar en desacuerdo (...) pero va a ser necesario algo más, un contrato social de todos los argentinos y todas las argentinas”, dijo Fernández, que en general habló con un tono reflexivo y medido.

Esto pareció ser la contrapropuesta a un llamado que le hizo esta semana el gobierno del presidente Mauricio Macri a ella y a otras figuras para lograr una mayor gobernabilidad ante los temores en los mercados sobre el futuro político.

Pese a sus elevados índices de popularidad, Fernández hasta ahora ha evitado dar cualquier indicio acerca de la predisposición a competir en la votación, donde Macri ya ha dicho que buscará la reelección.

El evento tuvo una alta carga política, ya que unos 1.000 invitados se congregaron en la sala de la presentación y algunos miles más afuera, cantando consignas como “Vamos a volver” y “Cristina presidenta”.

“Tengo expectativa de que Cristina sea candidata pero me parece bien que sea prudente”, dijo Fabián, un ingeniero en sistemas de 33 años, refiriéndose a la falta de definición de Fernández hasta ahora.

Como parte del acuerdo nacional que mencionó, la exmandataria pidió mayor responsabilidad social a los empresarios. La fecha límite para que diga si se presentará a las elecciones es el 22 de junio.

El evento tuvo lugar semanas antes del inicio del primer juicio oral que enfrenta la actual senadora por supuestamente liderar una amplia red de corrupción que involucró a políticos y empresarios durante sus dos gestiones (2007-2015).

Argentina atraviesa una profunda crisis económica, con recesión y una inflación que ronda el 54% anual, lo que ha golpeado la imagen de Macri en los sondeos de intención de voto y alentó las esperanzas de Fernández.

En su libro, ella define a Macri como “el caos” y un “carancho del sistema financiero”, en referencia a un ave de rapiña de América del Sur y a un litigio por la deuda durante su gobierno, en el que calificaba a los acreedores como “buitres”.