Al externalizar la producción de ingredientes farmacéuticos activos de los antibióticos a Asia, la falta de control ambiental en las plantas promueve contaminación vía transferencia horizontal de genes.
Es sabido que la aparición de cepas bacterianas que son inmunes a los antibióticos de última línea representa una amenaza creciente para la salud mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hasta medio millón de personas desarrollan tuberculosis multirresistente cada año. Y los casos confirmados de laboratorio de cepas resistentes particulares se han incrementado 600 veces en el Reino Unido entre 2003 y 2015.
El aumento de las bacterias multirresistentes se atribuye generalmente al uso excesivo de antibióticos en la medicina y la agricultura humanas. Un nuevo estudio, publicado en la revista Infection, sugiere que hay una tercera fuente: fabricación globalizada de fármacos.
La fabricación de drogas ha sufrido cambios significativos en las últimas décadas. Por ejemplo, muchas empresas han comenzado a externalizar la producción de ingredientes farmacéuticos activos (API, por sus siglas en inglés) a Asia. Los antibióticos forman una parte importante de lo que ahora es una industria global.
China y la India son actualmente los mayores productores de API (Active Pharmaceutical Ingredients) del mundo en un mercado que valía US$ 160.000 millones en 2016. Pero junto con un crecimiento tan impresionante ha habido una pérdida de transparencia y supervisión. La cadena de suministro de API es enormemente compleja y evaluar los estándares de producción es uno de los grandes desafíos que enfrenta la industria. Los controles están siendo realizados por la OMS, así como por los organismos reguladores. Pero estos controles suelen centrarse en la pureza y la seguridad de las sustancias producidas, no en cuestiones ambientales.
Contaminación significativa
A menudo hay contaminación significativa cerca de sitios de producción de drogas en India y China. Esto se debe principalmente a la insuficiente gestión de las aguas residuales. Un nuevo estudio de Christoph Lübbert y sus colegas, junto con un segundo informe de la Changing Markets Foundation, es el primer análisis sistemático de si esta contaminación está asociada con la presencia de bacterias multirresistentes.
El nuevo estudio se centró en Hyderabad, un centro para la fabricación de medicamentos a granel en la India. Los investigadores recolectaron y probaron un total de 28 muestras para la presencia de bacterias resistentes a fármacos. Dieciséis de estas muestras también se analizaron con respecto a sustancias antimicrobianas. Aproximadamente la mitad de las muestras se tomaron de los alcantarillados y otros sitios en las proximidades de las plantas de fabricación de drogas a granel. La otra mitad fue tomada de áreas en y alrededor de Hyderabad.
Todas las muestras ambientales probadas mostraron altos niveles de sustancias antimicrobianas. Esto incluyó una muestra del río Musi, que pasa por el centro de la ciudad. Preocupantemente, en más del 95% de estas muestras, los investigadores también encontraron cepas bacterianas resistentes a múltiples fármacos. Esto incluía cepas que son resistentes a los antibióticos de última línea, tales como carbapenémicos.
Estos resultados son preocupantes, ya que confirman que los sitios de fabricación de drogas pueden crear un potente caldo de cultivo para las bacterias multirresistentes. Esto es importante porque las bacterias resistentes a los fármacos no son sólo un problema local. No sólo los genes de resistencia pueden transferirse de una bacteria a otra a través de la transferencia horizontal de genes, las bacterias también viajan fácilmente en los intestinos de seres humanos sanos. Esto acelera enormemente la propagación global de las resistencias producidas localmente.
La amenaza para la salud mundial de esta situación ha sido reconocida por organismos internacionales. La OMS ha pedido un esfuerzo multinacional para abordar la cuestión. Y los ministros de salud del G20 decidieron recientemente que las bacterias multirresistentes se centraran en su agenda.
Pero tanto el G20 como la OMS dirigen sus esfuerzos en gran medida a la cuestión del uso excesivo. El informe de Lübbert y sus colegas añade una nueva capa al problema, ya que sugiere que la aparición de la resistencia a los antimicrobianos es también una consecuencia de la fabricación globalizada de fármacos.
Piden a las autoridades y compañías farmacéuticas occidentales que garanticen que se establezcan controles ambientales más estrictos. Las plantas de producción tendrán que actualizarse. Y la gestión de residuos más costosa debe ser reforzada. De lo contrario, afirman los autores, la amenaza mundial de las bacterias multirresistentes no puede ser abordada de manera eficiente.